Pruebas para el Equipo de Soccer (Multi)

No esperaba encontrarme en la situación de caminar en dirección a la cancha del colegio a estas horas, era bastante temprano y apenas si se podía ver por la oscuridad, pero era una forma de pasar el tiempo y de contar con más oportunidades para entretenerme de forma "sana", el único problema es que seguramente no sería el único que quisiera participar, por lo tanto, rivalidades, problemas y desastres aparecerían a lo largo de la contienda.

Suspiré un poco, el aire se encontraba bastante frío a pesar de que el clima usualmente fuera cálido, pero era decisión del entrenador reclutar a esa hora, y si tanto se deseaba, deberíamos atenernos a los requisitos. Proseguí en la caminata hasta divisar un gran espacio enfrente mío, las gradas, el pasto húmedo, las líneas blancas y las porterías, no había nadie, pero sería una buena oportunidad para calentar. Dejando mi maleta a un lado, comencé haciendo flexiones y demás tipo de ejercicios para evitar estar adolorido, terminando comencé a trotar a lo largo de la cancha.

Realmente no me fijé si habían llegado otros alumnos, solo me concentraba en lo mío, nuevamente y sintiéndome con más energía recogí mi balón con los pies y empecé a dominarlo.

Me había levantando con mucho más entusiasmo que otros días, y es que era el día de las pruebas para el equipo de fútbol, ¡Tenía que esforzarme mucho para poder quedar dentro! Porque nada me hace más feliz que fútbol, pasta y chicas lindas.
Con esos pensamientos llegué al estadio. El cielo ya estaba claro, aunque la luna se podía ver en él todavía, y no había nadie más que Vash. El chico estaba entrenando con el balón, pensé que aún tendría tiempo para comer algo antes de que las pruebas comenzaran.
-¡Ciao, ciao! -saludé a Vash y me senté en una de las gradas, sacando de mi mochila un recipiente con pasta. Estaba algo fría pero igual sabía bien, además traía más comida dentro.
Me quedé sentado, mientras esperaba que llegaran los demás, saqué además un jugo de los de cajita. Ojalá no se tardaran mucho, porque me impacientaba muy rápido.
Viendo a Vash entrenar, me di cuenta que no era malo. Ojalá la demás competencia no fuera tan fuerte y el entrenador no me hiciera llorar.
Suspiré mientras me ponía a buscarle forma a las nubes.

Después de haberse levantado temprano (gracias a su compañero de habitación) dio varias vueltas por ahí y regresó al colegio, donde se enteró de las pruebas de soccer. Así que corrío a su cuarto por el equipo necesario y regresó al patio para dirigirse a las canchas. Claro que, antes pasó por un café para levantarse, después de todo aún era temprano y la mañana estaba fresca.
Entró a las canchas tarareando una canción y tomando sorbos al café de vez en cuando. Se fijó bien en quienes estaban ahí...Uno de los chicos italianos y el otro del cual no recordaba el nombre, pero si había visto en los pasillos de la escuela.
Caminó a las gradas para terminarse el café. Al fin y al cabo no había prisas, además lo mejor de un café es disfrutar cada sorbo que le das.
Se quedó viendo al infinito, pensando en lo genial que sería ser parte de un club como este, después de todo lo clubs era lo que le gustaba de la escuela, más, si eran de Soccer.

Realmente era temprano. Apenas amanecía y debía admitir que se moría del sueño, pero quería asistir a las pruevas de futbol, ya saben, para despejarse un rato y hacer algo de probecho -que había estado de vago todo lo que llevaba en el instituto-.

Traía un café a medio tomar en la mano, en vista de que casi iba en modo zombie y que no tenía mucha hambre que digamos.

Ya se encontraba en las canchas, encontrandose casi de inmediato con Vash, Feliciano y Alfred. De hecho, no esperaba más. Aún era prácticamente de madrugada como para que el lugar estuviese precisamente lleno.

Dió un bostezo, largo y con toda la pereza que traía consigo. Se estiró tal cual gato, cuidando de no tirar el cafe.

-¡Hola! -Saludó efusivamente, con una sonrisa distraída en el rostro, jugando con la pequeña mochila que había traído consigo donde estaban guardas todas las cosas necesarias.

Continué dominando el balón, calentando a su vez y tratando de quitarme el aburrimiento que se acumulaba desde hacía rato. El aire estaba comenzando a calentarse y el sol aparecía poco a poco, pero las sombras todavía cubrían gran parte de la escuela, suspiré cuando en mis meditaciones perdí el control del balón y cayó suavemente al pasto.

-Buenas Feliciano- Saludé cuando uno de los gemelos hizo lo mismo de su parte. Volví a dominar el balón y pronto la gente se acumuló, llegando Alfred y después Dennik, habían comenzado a llegar y no eran ni más ni menos que los más atléticos de la escuela, no era de esperarse pero la pregunta era ¿Cómo lograban estar en tantas actividades a la vez y seguir vivos en los estudios? Como fuera, lo hacían bien.

Tal vez llegara más gente conocida, tal vez no, pero esperaba entrar al equipo.

Justo cuando terminé de tomarme el jugo, llegó otro chico más al que saludé con la mano. Como me dio flojera ir a buscar unbote de basura para tirar el envase vacío del jugo lo volví a guardar en mi mochila.
Me quedé sentado, comenzaba a desesperarme, ya queria jugar fútbol, era de lejos mi deporte favorito. Veía como Vash dominaba el balón y me dieron ganas de hacer lo mismo, volteé a ambos lados buscando otro pero no lo encontré, así que me bajé de donde estaba sentado y me dirigi a él.
-¡¿Podemos practicar juntos?! -le pregunté sonriendo, Vash era intimidante en cierta forma, pero ahora ni siquiera me acordé de eso-, Es que me aburrí sentado...

Justo cuando iba a volver a dominar el balón cuando llegó Feliciano, me preguntaba si quería que practicásemos juntos... no me parecía una mala idea, además de que él era el más tolerable de los otros presentes, esa era mi opinión. Suspiré, recuperando un poco el aliento.

-No veo porqué no... además, en un rato más quiero practicar de portero, ¿Te parece si practicamos entre los dos y después me ayudas?- Generalmente podía regañarlo por los errores que cometía, múltiples era la palabra correcta para sintetizar todo lo que realmente ocasionaba cuando su estómago no estaba lleno de cmoida. El pasto estaba completamente húmedo y el aire estaba bastante frío, pero el calentamiento había cumplido su trabajo, ahora estaba perfectamente listo para hacer cualquier ejercicio.

-Piensa rápido- Giré el balón con el pie y lo elevé lo suficiente para que, en caso de que no estuviera listo, al menos se pudiera proteger la cara, aunque iba perfectamente para detenerlo con la cabeza.

Vash dijo algo y un segundo después el balón venía hacia mí, lo golpeé con la frente justo a tiempo y comenzé a dominarlo. Por fin estaba haciendo algo en esta escuela en lo que podría decirse que era bueno.
-De acuerdo -le dije, cuando una brisa de aire helado casi me hizo desconcentrarme y perder el control- yo me presentaré para delantero ve~
Duré un momento dominando el balón con la cabeza, hasta que otra brisa me dijo que ya era tiempo para pasarlo. no había traído ninguna chamarra y comenzaba a arrepentirme de ello. Aunque tal vez el clima sólo estaba así porque era temprano.
-Bueno, ahí te va~ -le dije dándole un último golpe al balón pasándoselo de nuevo a Vash.
En verdad deseaba quedar en el equipo, porque era lo único que por seguridad no iba a reprobar... aunque dudo que el equipo sirva para subir el promedio, igual sigue siendo divertido.

El italiano era bueno, excelente si debía describirlo de otra forma. Tenía un buen dominio del balón, pero me parecía que se desconcentraba con mucha facilidad, tal vez una mente muy activa, no sabía decir con certeza si eso mejoraba el desempeño en un equipo, sobretodo para un delantero.

-Me gusta ser mediocampista... pero tengo la facilidad de ser portero- La primera posición me ofrecía más actividad, sin embargo ser el guardameta siempre me había parecido más entretenido y mostraba más reto, eso me gustaba mucho, y aunque no lo pareciera podía trabajar bajo mucha presión, además de aguantar lo que sería tal vez una gran humillación. Todavía dominaba el balón, no dejaba que cayera ni de broma, proseguimos de esa forma por un rato más hasta que detuve el balón.

-Fue suficiente, ahora practiquemos con los tiros- Le hice un pase con los pies y me dirigí a mi maleta, saqué mis guantes y comencé a caminar a la portería más cercana, me acomodé. -Cuando quieras- Esperé pacientemente, preparado.

El fresco comenzaba a ser reemplazado por un clima más cálido mientras avanzaba la mañana. Estuvimos practicando un rato, hasta que finalmente Vash me dijo que parásemos para practicar ahora los tiros.
Asentí con la cabeza, viendo como sacaba sus guantes y se dirigía a la portería. Pensé muy vagamente en si no se pondría nervioso una vez que estuvieramos en un partido, ya que tendría mucha presión sobre él.
-Cuando quieras -dijo, una vez que estuvo frente a la portería con los guantes puestos.
-¡Ok! -respondí mientras colocaba el balón en el suelo a una distancia que consideré estaría bien.
Entonces y lo pateé con fuerza.

Mantuve los ojos fijos en el balón sin descuidar tampoco los pies de Feliciano, fue cuando pateó y el esférico comenzó a girar con sorprendente velocidad, parecía que iba ir al centro, pero pronto cambió de dirección y salté a la izquierda, caí pesadamente al pasto, pero sonreí de satisfacción cuando pude sentir el balón que se encontraba fuertemente sujetado entre mis manos. Me levanté y lo hice rodar hasta Feliciano.

-Eso estuvo cerca, inténtalo otra vez y si se puede, en esta ocasión logra que el balón no marque tanto hacia que punto va- Era fácil decirlo, difícil intentarlo, pero si quería ser delantero del equipo debía aprender porque si no, aún cuando llegara a entrar probablemente lo echarían, el entrenador según tenía entendido era demasiado estricto, y si viera un fallo intentaría enmendarlo de cualquier forma posible, aún cuando sea necesario expulsar.