Un cuadro en Geneva

El avion al fin habia aterrizado. Ese si que fue un viaje algo agotador, Estados Unidos practicamente le habia reservado un vuelo con "servicio especial" como si se tratara de una niña de cinco años que viajaba sola. Suspiro, jamas le pediria ayuda otra vez.

Busco con la mirada a la persona que iria a recogerla, mas sin embargo no lograba identificarle entre la multitud. "Es rubio de ojos verdes" habia sido la descripcion que le dieron, y al menos el 95% de las personas frente a ella coincidian con esas señas.

-E-Esto no sera nada facil... -Suspiro resignada mientras comenzaba a caminar con su equipaje.

Extranjeros... que más da. Estados Unidos insistía desde hace rato de que alguien de sus conocidos quería visitarme, le repetí varias veces que no debido a que el trabajo no cesaba con todas las actividades que mi jefe me ponía día a día "Debemos participar más en relaciones internacionales" era su excusa, realmente lo hacía pero estaba harto de no pasar aunque fuera un día tranquilo.

Me encontraba en el aeropuerto, con el habitual uniforme militar para "mostrar educación" a la recién llegada. Desde temprano me encontraba en la sala de espera, según las características que me habían mandado junto con la foto, era una chica de ojos azules y tez blanca, así como cabello muy claro... no creí que fuera difícil de no ser porque justo este día, todos deseaban salir a otro sitio. Más tiempo... hasta que salió un grupo de pasajeros, me acerqué un poco más para verlos... di con con el objetivo. Me acerqué a ella.

-Buenos días, soy Suiza, me pidieron que viniera a recogerte- Intentaba ser amable, apenas la conocía y sería demasiado injusto tratarla como a los otros cabezas huecas.

Giro el rostro hacia la persona que le hablaba y se topo de frente con un joven de traje militar. Al escuchar que se llamaba a si mismo Suiza no necesito mayor explicacion, sin embargo no se le veia demasiado... ¿Contento?. Seguramente habia sido obligado a ir a recibirle o algo similar.

-B-Buenos dias... -Saludo con una reverencia y le sonrio con discrecion, no era demasiado efusiva. -Disculpa las molestias, pero Estados Unidos insistio en que no podia venir aqui sin asistencia... -Extendio su mano para saludarlo. -Mi nombre es Alaska, es un placer...

-No se preocupe, no es ninguna molestia- No lo era hasta descubrir que ella no tenía nada de la actitud de Estados Unidos... por ahora- Me imagino, aunque por lo general siempre suele dejar todo a su suerte a menos de que sea algo realmente importante- Algo tenía la chica para que él la cuidara tanto, estaba seguro de ello. Vi como extendía su mano, para luego presentarse... y encontré la razón a tanta asistencia de Estados Unidos, perder a Alaska sin duda no le beneficiaría.

-El placer es mío- Le saludé de la misma forma. -Deja te ayudo con las maletas- Tomé las que parecían más pesadas, no estaban tan cargadas como pensé.

-Muchas gracias... -Sonrio al ver que Suiza le ayudaba con una maleta. -Espero no este muy pesada, es que, suelo viajar con algunas de las herramientas con las que pinto mis cuadros. -Camino a su lado mientras llevaba consigo la pequeña maleta en la que iba su ropa. Al salir del aeropuerto no pudo hacer mas que maravillarse.

Suiza en verdad era hermosa, las calles, el clima, esa era la razon por la que habia ido ahi en primer lugar. Era, casi como estar en su casa, solo que Suiza tenia muchos mas habitantes y ciudades.

-Es precioso...

-No, estan bien, no estan pesadas- Salimos del aeropuerto luego de que mucha gente cediera el paso, podían reconocer que era extranjera y eso era como una pequeña preferencia, una diminuta si tomamos en cuenta que todos actúan así con cualquier persona. A pesar del ambiente lleno de gente en el aeropuerto, afuera se encontraba tranquilo.

No pude evitar escuchar lo que dijo. -Que bueno que te guste- Sonreí un poco, realmente no todos me decían eso de la misma forma en la que ella, no de verdad.

-Es la verdad... -Le dijo con sinceridad. -Se ve que en verdad te esfuerzas para que sea un hermoso lugar, ademas, se ve que las personas son muy amables... -Era casi, como estar en casa. Caminaron unos momentos y esperaron a que llegara el auto. -En verdad lamento si tus actividades se interrumpieron, se que eres una persona bastante ocupada.... -Quizas no fuera un pais, pero si sabia la presion que trae consigo semejante responsabilidad.

-Me he esforzado para que todo sea como esto, con la cooperación de los habitantes, es mucho más sencillo- Todos saludaban al pasar, se veían felices, eso me gustaba, por así decirlo, ellos eran todo para mí. En unos minutos llegó el auto, uno no demasiado ostentoso pero grande para las maletas y todo lo que se llegara a ocupar.

-Para nada, tengo como obligación y deber atenderle, en verdad no sería ninguna molestia, esta es una prioridad- En verdad, tenía curiosidad, a pesar de ser allegada a Estados Unidos, era muy diferente, su actitud era más parecida a la de Canadá. Eso sería más lógico, siendo vecina de él. -La invito a dar un tour cerca de mi casa, seguramente será un buen lugar para que pueda pintar-

Se sintio muy alagada al recibir tantas atenciones de su parte, despues de todo era la primera vez que se veian, asi que no esperaba tanto.

Sonrio con entusiasmo al escuchar sobre el tour que le ofrecia.

-Me encantaria, despues de todo es por eso que he venido... -Saco una pequeña camara digital de su bolsa y tomo una fotografia de una niña que corria cerca de ellos. -Me esfrozare en plasmar este maravilloso lugar. -Poco despues estaban dentro del coche con direccion a la casa del Suizo.

Se sintió bien el que aceptara, una vez subimos las cosas al auto, éste avanzó por las calles en dirección a la carretera, que nos conduciría al campo, en otras palabras mi casa. No mencioné nada más luego de que Alaksa hubiese aceptado mi oferta, tenía que pensar en los mejores lugares para visitar y que ella pudiera hacer su trabajo sin ser molestada.

Luego de tener al menos unas ideas, le dirigí la mirada. -¿A dónde le gustaría ir primero?-

Admiraba enormemente los hermosos prados y montañas desde el auto y le respondió con una sonrisa.

-Después de desempacar, me gustaría recorrer primero los alrededores, es que… estoy un poco entumida después de tantas horas de vuelo… -Dijo un poco avergonzada mientras un suave rubor le cubría las mejillas. –Donde tu elijas me parece bien, después de todo, nadie conoce este lugar mejor que tu.

-Iniciemos primero con dejar la maleta y ver si almorzamos, se acerca la hora de la comida- Revisé mi reloj, y en efecto, apenas pusieramos un pie en la entrada entraría el horario para ir directo a la mesa, inevitablemente, era necesario pasar por ahí. Las excursiones a las montañas eran fáciles, pero estaba inseguro de si Alaska aguantaría el paso... confiaba en ese factor, sino, habían muchos otros sitios por visitar.

El campo se vio por una parte finalizada hasta que llegamos a la casa, esta permanecía tranquila como siempre. El auto se detuvo, le ofrecí a Alaska una mano para que pudiera bajar sin problemas del vehículo y luego de ello, tomé sus maletas y entramos a la casa. No encontré a Liechstenstein por los alrededores, pero era normal, la casa era muy grande después de todo. Llegamos a la habitación y puse sus maletas a lado de la cama. -Aquí es donde dormirá... hay un teléfono en el mueble de a lado por si gusta algo-

Aceptó la mano que le brindaba para bajar del coche y sonrió complacida al ver la casa, no era exageradamente grande, pero sin duda era muy confortable. Siguió a Suiza en silencio mientras tomaba nota mental de las habitaciones, ya que no quería molestarle a cada momento.

Entró a la habitación que ocuparía durante su estancia ahí y regreso a verlo mientras hacia una leve inclinación en forma de agradecimiento. Se quitó el abrigo y lo dejo sobre la cama para después regresar a verlo.

-Muchas gracias… -A los pocos momentos escuchó como el ruido proveniente de la cocina comenzaba a ser más notorio. –Creo que quizás debería ayudar un poco…

-Para nada, podemos manejarlo, usted puede... disfrutar un poco de la tranquilidad mientras terminamos- En efecto, el ruido proveniente de la cocina era alto, sin embargo eso era probablemente lo más desastroso del día y una vez acabado, la serenidad de la casa regresaría como siempre. -Entonces, me retiro, le avisaré cuando la comida esté lista... por mientras, disfrute la estancia- Luego de ello me fuí para ayudar a las mujeres y hombres que estaban preparando los platillos.

Pasaron alrededor de 15 minutos cuando la mesa estaba bien puesta y los alimentos ya servidos, subí nuevamente por las escaleras hasta la habitación de Alaska y me encontré con la puerta cerrada, en lo personal no me gustaba cuando pasaba esto, pero no podía invadir su privacidad, di unos cuántos toques a la puerta de madera.

-Ya esta todo preparado, si gusta puede bajar- Dije con voz clara y en un volumen no tan alto.

Asintió en silencio mientras lo observaba marcharse de la habitación.

Soltó un largo suspiro al sentirse sola y se obligo a si misma a no sonrojarse otra vez mientras se quitaba el abrigo y los guantes. Tomo la valija de su equipaje y la acomodo en un lugar discreto para que no estorbara.

Salió un momento hacia el balcón de la habitación y disfrutó del fresco aire que acariciaba su piel. No se dio cuenta de que había estado perdida en sus ensoñaciones hasta que escucho los golpes en la puerta, rápidamente acomodo su cabello y reviso las cintas de su vestido para estar presentable.

-Muchas gracias… -Dijo mientras salía de la habitación y seguía al ojiverde en silencio.

Volvimos a permanecer en silencio, eso fue incómodo y aún con las ganas de romper la "tensión" era incapaz de encontrar una buena forma para lograrlo. Llegamos al comedor y le ofrecí el asiento que particularmente se dedicaba a los visitantes, dígase de otra forma, a un lado de donde yo me sentaba; cerca de la ventana donde se encontraba una espectacular vista del campo.

-Espero que la comida sea de su agrado- Como mi comida tradicional podía ser insoportable para algunas personas, me di al menos la libertad de pedir que prepararan algo "universal", dígase ensaladas, platillos fuertes un tanto comunes y cosas parecidas, creo que esta es la primera vez que le pongo tanta atención a un invitado.