Similitudes

-Espero que tengas suerte-le dijo sonriendo-Fue un hablar hablar contigo, espero que nos volvamos a encontrar-agregó casi despidiendose de ella con la esperanza de volver a verla.

Y así mientras le regalaba una sonrisa pudo escuchar como hacía eco en todo el lugar aquel anuncio de que el proximo vuelo a su hogar sería pronto.

-Supongo que tengo que irme, me gustaría que un dia de estos binieses a visitarme- dijo y antes de partir abrazo a la chica de orbes azulinos, sin duda tenia razon, su cabello emanaba una dulce fragancia y su piel era suave como si de seda se tratara.

-Lo mismo digo… -Dijo mientras le sonreía, sin embargo, esa sonrisa ocultaba cierto sentimiento de ansiedad que no podía identificar bien. Fue una gran sorpresa para ella que después de unos momentos se encontraran abrazados. El contacto con él no le desagradaba, todo lo contrario. Quizás no fuera muy alto y fornido como Estados Unidos, pero sin duda era bastante masculino y eso le gustaba. Además olía muy bien.

Cuando al fin se habían separado y el comenzaba a caminar hacia la puerta, su cuerpo comenzó a moverse y lo tomo de la mano como si quisiera detenerlo, pero no supo porque lo había hecho, lo soltó rápidamente y se apresuro a disculparse.

-Y-Yo, lo siento… -Dijo terriblemente avergonzada.

-Mm... no importa-dijo este bajando la mirada algo avergonzado- ¿o-ocurre algo?-preguntó logrando articular algunas palabras, fue un milagro que no haya tartamudeado en exceso, pero eso no le quito el fuerte color carmín en sus mejillas.

-N-Nada, cuídate mucho… -Dijo con nerviosismo mientras lentamente daba unos pasos hacia atrás para alejarse. El rubor en su rostro parecía no desaparecer así que opto por darse la vuelta y alejarse.

-G-gracias-finalizó cruzando aquella puerta que lo confuncia hacía el avion.

Al subir a el pudo observar a la chica de largos cabellos mirar en direccion a la ventanilla, y el sabía que si el destino se lo permitia volvería a verla, algun día volvería a verla.

-Sayonara... alaska-chan-expresó con tristeza y su avion despegó.

Lo había visto partir desde la sala de abordaje, sintió un extraño cosquilleo y una ansiedad desconocida al ver como el avión despegaba. No sabía si la estaba viendo, pero aun así le dijo adiós con la mano.

-Adiós… -Susurro para después girarse e ir hacia la sala donde su vuelo le esperaba. Unas horas después sonrío dentro del avión antes de quedarse dormida, quien sabe, quizás un día lo podría ver otra vez.