Paseo sobre la nieve

Caminaba por las calles de Oslo, la capital de Noruega en busca de un lugar en donde poder comprar los lienzos que necesitaba para poder continuar con los cuadros que estaba haciendo de la ciudad y sus paisajes. De vez en cuando se detenia a admirar algunas esculturas y fuentes que encontraba en el camino.

-No, no es el momento... -Se dijo a si misma mientras veia su reloj, estaba atardeciendo y ella aun seguia con su busqueda. Giro en una esquina y choco con un joven rubio. -¡L-Lo siento tanto!

-No hay...problema -dije a la niña con la que topé. Seguía observando que todo estuviera en orden por el lugar; le miré detenidamente, tratando de encontrar algo.

-¿Buscabas...algo? -limpié un poco de nieve de su cabello-. Yo...podría ayudarte -

Se sonrojo un poco al sentir como le quitaban la nieve del cabello. Al parecer había estado demasiado concentrada y no se dio cuenta de que ya había comenzado a nevar.

-Muchas gracias… -Se le quedo viendo unos momentos, le parecía haberlo visto en alguna parte, mas no identificaba de donde exactamente. –B-Bueno, estaba buscando alguna tienda donde comprar lienzos pero… -Vio a su alrededor. –De verdad me ayudaría mucho si pudiera guiarme…

-Lienzos ¿eh? -intenté hacer memoria de donde se encontraba el callejón artístico.- Sino mal recuerdo...son dos calles más... y a la derecha -

Seguí inspeccionando a la chica, tenía algo que no concordaba.

-Eres una turista...¿verdad? -comencé a avanzar a su lado-. Generalmente...recuerdo el rostro de cada uno...de mis habitantes -comenté de lo más normla posible

-Ya veo… -Avanzaron hacia la dirección que él había indicado. –Y sí, soy una visitante, llegue hace unas… cinco horas más o menos… -Lo vio de reojo mientras pensaba las palabras que acababa de escuchar.

Sus habitantes.

-Esto… -Dudo en preguntar. No podía ser un político pues se veía demasiado joven para ello. A lo mucho parecía unos tres años mayor que ella.

-¿Humm? -giré mi rostro para verla expresé mi dida parpadeando un poco- ¿Qué sucede?...Puedes, decirlo...o, preguntarlo -

En ese instante, me detuve, había olvidado presentarme.

-Lo siento...lo olvidé -hice una ligera inclinación- Mi nombre es Noruega...o Norge, como desees llamarme -

-Ah, ya lo recuerdo... -Dijo para sí misma mientras juntaba sus manos. –L-Lo lamento, yo también olvide presentarme… -Hizo una pequeña inclinación hacia él. –Mi nombre es Alaska, es un placer…

Lo había visto en una ocasión en que una cumbre mundial se había llevado a cabo en casa de Alfred, aunque claro, no esperaba que la recordara puesto que ella solo había asistido formalmente el día en que su estado fue añadido a Estados Unidos.

-¿Alaska? ¿El estado número 50 de America-san? -la vi unos momentos, no tenida la facha de una chica cualquiera; por eso era mi duda y curiosidad hacia ella cuando la vi.

-Entonces...eres como yo -me detuve en seco-. Ya llegamos -le señalé todas y cada una de las tiendas que conformaban la calle, con artículos para el arte.

-S-Si... esa soy yo... –Le sonrió. –Espero no le importe que viniera sin avisar, como no es una visita oficial y eso no creí que fuera necesario molestarle. – Camino a su lado unos momentos más hasta que llegaron a su destino. –Muchas gracias por su ayuda Noruega-san, la verdad no esperaba encontrarme con usted, fue una sorpresa… -Se ruborizo un poco. –S-Si no le molesta y tiene tiempo, me gustaría invitarle un café para poder agradecerle apropiadamente…

-No me molesta...al contrario...casi no...tengo visitas. Aquí es muy...frío...como yo -asentí con la cabeza a su invitación.

Entramos a un par de tiendas, simplemente estaba esperando a que escogiera el lienzo que más le gustara.

-Te envidio -murmuré más para mi que para ella.- También eres de hielo...y puedes sonreir -suspiré y me asomé por una de los ventanales mietnras le seguía esperando. Había dejado a Odín a cuidados del danes...pero no confiaba mucho en él para cuidar a mi bello halcón

Después de entrar a la tienda se apresuró a escoger las cosas que necesitaba para no hacer esperar demasiado al chico. Hablo con uno de los encargados y dio la dirección a donde tendrían que enviar las cosas.

Regreso justo a tiempo para escuchar lo que decía.

-No creo que seas de hielo, Noruega-san… -Le sonrió para después acercarse un poco más a él. –Es solo que hay personas que son más expresivas que otras, independientemente de lo que creas, tus ojos expresan mucho de lo que sientes.

Me quedé sin palabras ante su comentario, la miré incredulo por alguos momentos y después asentí con mi cabeza.

-¿Todo listo? -ante su afirmativa, le extendí mi brazo para que se tomara de el y salir del lugar-. ¿Qué deseas...tomar? -cons u respuesta podría saber a cual lugar, cafeteria o pasteleria la llevaria

Tomo su brazo con suavidad y se dio cuenta de que era bastante más alto que ella.

-Um... -Pensó un momento para después sonreírle. -Quisiera algo caliente, hace un poco de frio. -Estaba acostumbrada, después de todo en su casa había nieve la mayor parte del tiempo, pero eso no impedía que sintiera frio de vez en cuando. -¿Sabes de algún lugar que sirva chocolate? -Le pregunto finalmente con una sonrisa.

-Embrace i Himmelen, es la mejor cafeteria...y tienen muy buen chocolate...entre otros...postres -lo pensé unos momentos- ...no lo sé...no soy muy afecto...a lo dulce -comenté con naturalidad.

Al sentir como la nieve comenzaba a caer, la acerqué un poco más a mi cuerpo y me quité mi gorro para posarlo en sus cabellos juguetones a la par del frío viento.

-¿Cómo es...Alaska? -le miré- ¿Es como la pintan...las películas...de Alfred? -tenía esa duda, de saber si era así, os i sería más vívido de lo que se cuenta

-Ya veo… -Pensó por unos momentos. –Entonces tú recomiéndame algo. –Dijo con una sonrisa, para después darse cuenta de que había comenzado a nevar. Se sonrojo un poco al sentir como el chico se quitaba su gorro y se lo ponía a ella, y un poco más al sentir que la acercaba a él. –B-Bueno, a Estados Unidos le gusta exagerar las cosas… -Dijo con un poco de timidez mientras sacaba una fotografía de su bolsa y después se la mostro a él.

Spoiler:

Mi sorpresa no pudo escapar en un sonido que salió de mis labios.

-Es muy bella tierra -comenté tomando la fotso entre mis dedos- ...como quien la...representa -comenté caballerosamente.

-Ya falta poco -miré al frente intentando ubicarme, mientras le devolvía la foto a la chica a mi lado

Sonrió un tanto avergonzada por el comentario, había sido muy halagador.

-Muchas gracias, siempre serás bienvenido a visitarnos… -Guardo la fotografía nuevamente y continuo caminando a su lado hasta darse cuenta que se acercaban a lo que parecía ser el distrito comercial. –Hay muchas cafeterías…

-Sí.... -con mi mano señalé una en particular, donde la nieve caía por las tejas y era adornada con luces de color azul turqueza- ...pero esa...es a la que...vinimos -al llegar le abrí la puerta dejándole ver que los rustíco se lo dejará al exterior.

Spoiler:

-Vamos -hice un además de retirar su abrigo y darselo al "mayodormo" que nos había recivido, yo mismo, ya le había entregado el mío.

-Escoge la mesa...que más te guste.... -

Sus mejillas se ruborizaron al sentir la tibieza del establecimiento y disfruto el suave aroma del café y chocolate mesclados en el aire.

-Waa~ que bonito…

Dejo que el chico le quitara el abrigo y se acomodo un poco el vestido para después escoger una mesa junto a la ventana y a un costado de la chimenea.

-¿Esa te parece bien? –Le pregunto con una sonrisa mientras volteaba a verlo.

Al tomar su abrigo se lo entregué al encargado; la seguí y asentí con la cabeza.

-Donde tu...gustes...eres mi invitada -digo al tiempo en el que haló la silla para que tome asiento, al hacerlo la acercó a la mesa y yo tomo mi lugar enfrente de ella.

-Escoge...lo que quieras -dejó el menú que se me ofrecía a un lado, puesto que yo ya sabía que iba a pedir.

Tomó asiento en la mesa que había visto antes y tomó la carta. Dejó que la calidez del lugar la reconfortara.

-Muchas gracias… -Observó con atención y sus ojos se iluminaron. -Waa~ hay muchos postres… -Sonrió entusiasmada y comenzó a recorrer el menú por completo. –Creo que tomare una bebida caliente primero…

Se quitó los guantes y acaricio sus dedos para que estos entraran en calor también.

Apoyé mi rostro en mi rostro mientras la miraba fijamente sin disimular.

-Pide lo que quieras...eres mi invitada -llamé a un mesero que estaba cercano-. Buenas tardes -

-Buenas tardes señor. ¿Qué desea ordenar? -
-Yo queiro un chocolate con canela y nuez por favor -observé a la pequeña Alaska con curiosidad.
-¿Sería todo? -asentí con la cabeza-. ¿Y usted, señorita? -