Habitación N°5 - Manuel W. y Feliciano V.~

Tardé mucho en encontrar la habitación, ah, todos los pasillos se me confunden y no lograba dar con el correcto, pero finalmente llegué y abrí con la llave que me habían entregado, espero no perderla...

-¡Hola! -saludé al momento de abrir la puerta, pero nadie me respondió, estaba completamente vacío, pero se veía bastante bien y cómodo. Ya que había llegado primero tenía derecho a elegir la cama que quisiera, así que me puse en la más alejada del balcón según mi punto de vista, no quería tener miedo en la noche de que algo entrara por ahí y me secuestrara...
"Bueno, acomodaré mis cosas mientras" pensé sonriendo, mientras esperaba que mi compañero llegara, saqué el papelito donde venía su nombre.

-Manuel Ricardo Waykipan... -leí en voz alta, sólo esperaba que no fuera a ser alguien grande y malo de quien no pudiera defenderme.

Pa varias iba tarde, se había quedado tonteando por los alrededores a esa horita de seguro su compañero de cuarto había llegado y ni tonto que le dejaba la cama del balcón, puta la wea, si no la tenía sería para lamentárselo el resto del año, le gustaba poder abrir la cortina y desvelarse viendo la noche, si, bastante patético considerando que admiraba vista tan romántica con un chico a su lado, el del año pasado roncaba como camionero de sesenta años, que Dios fuera piadoso y le concediera uno con buenas fosas nasales ahora que estaba en tercero

Suspiro antes de entrar, había leído el nombre del chico, pero no lo recordaba, solía frecuentar un grupo cerrado de amigos haciendo que se olvidara de todos los demás, pero ese año se había dispuesto a conocer a más personas, por su propio bien tenía que hacerlo…

-¿Feliciano?-Le señalo con el dedo mientras entraba y dejaba con mucho cuidado su guitarra en el suelo.

-¡Ah! -me sobresalté cuando escuché a alguien mencionar mi nombre, estaba distraído acomodando algunos posters sobre mi cama y me di la vuelta bruscamente, listo para salir corriendo si era necesario- S-sí, soy yo...

Debía ser mi compañero, dejó una guitarra en el piso. Eso me agradó, la música es algo que me gusta bastante, incluso he compuesto algunas canciones, pero no soy muy bueno con eso... En fin, no se veía con intenciones de golpearme o algo, de hecho se veía agradable, espero que podamos ser amigos, tenemos que serlo de alguna forma si vamos a convivir durante todo el curso escolar en la misma habitación. Eso idea me entusiasmó.

-¿Y tú eres Manuel verdad? -pregunté sonriendo una vez más confiado mientras me bajaba de mi cama y dejaba los posters sobre ella.

Ah seh, que pinta de Italiano la que traía, se le escurría por los poros y supuso por su asertivo mensaje que a el lo mapuche también se le notaba a leguas, asintió con la cabeza al escuchar su nombre, parecía... ¿down? ¿Lento? ¿Tímido? ¿Simpático? Posiblemente una mezcla de algo, pero no empezaría a sacar teorías locas, era hora de dejar de lanzar prejuicios sobre los demás antes de conocerlos.

Al ver que la cama del balcón estaba libre corrió para arrojarse enzima, reboto una vez y suspiro con alegría, no se esperaba eso, lo hacia muy feliz, era empezar bien el año. Se sentó sobre la cama y se cruzo de piernas como un niño.

-Manuel Waykipan, dime Manu o Kipi como se te de la wea-Sonrío de medio lado apoyando su espalda sobre el suave colchón, las noches de inspiración no estaban perdidas.

-¿Llegaste hace mucho rato?-Pregunto con aire amistoso, total, no era muy de el ir empezando de malas. Miro a su alrededor, le gustaba más ese cuarto, le llegaba más luz y tenía una mejor vista del lugar.

Hiperquinetico, volvió a ponerse de pie para arrastrar su bolso, el que abrió y dio vuelta sobre el suelo a las orillas de un velador.

"Instalado" Pensó victorioso, le valía pico el orden, esperaba que su compañero no fuera un maniático del orden.

-¿Cómo se me de la... wea? -no entendí esa palabra pero en fin, era obvio que Manu era de algún país extraño donde hablaban una lengua extraña fuera de mi comprensión (había tantas cosas fuera de mi comprensión). Pero se veía muy alegre y cuando vi que se sentó en la cama con el balcón sin poner ninguna objeción me sentí alividado, no cambiaría la cama que yo había elegido por nada, a menos claro que me amenzaran con algo.. doloroso.. Y eso quería decir que no le temía a lo que pudiera entrar por ahí, supongo que es bueno tener a un amigo valiente.
-¿Llegaste hace mucho rato?- preguntó entonces y yo dejé mis pensamientos anteriores atrás.
-No, en realidad no mucho... Manu -dije dejándome caer en mi cama de espaldas para ver el techo- ve~ bueno, tuve el tiempo suficiente para tomar mi siesta de las tres... Si no la tomo no puedo pensar en todo el día...
Entonces escuché que caían cosas en el suelo y volteé para ver que mi nuevo compañero tiraba todas sus pertenencias. Obviamente no era muy ordenado, pero era algo que a mí me daba igual. Volteé y vi que aun me faltaba acomodar mi ropa, pero me dio sueño sólo de pensarlo.
-Ah... aun no empiezan las clases y ya extraño las vacaciones...

-Ir a clases es una bendición comparado con tener que hacerlas-Murmuro con cierto fastidio, en realidad si que era una mierda tener que corregir exámenes y...esperen ahora que se ponía a meditarlo (Claro a penas) estaba compartiendo cuarto con un alumno ¿Eso era legal? Se acerco a grandes zancadas a Feliciano, como estaba recostado en su cama dio la vuelta para verlo desde las alturas.

-Debe ser un error-Saco el papel que traía en el bolsillo y miro nuevamente la puerta, no, según eso todo iba bien ¡Pero que así no maldita sea! O sea, su vida de total libertinaje se iba a ver interrumpida por tener que cuidarle el sueño y la moral a un mocoso, ok, relajación, no podía estar todo perdido, la cama de la ventana ya era suya, ahora solo tendría que encontrar la solución a ese pequeño inconveniente.

Se quito la boina y la arrojo a un lado, mejor aclarar las cosas desde ya. Haber… ¿Cómo se lo decía? Se veía simpático, y así bien tierno como le agradaban los chicos, tranquilitos, cosa que le dieras un grito y te obedecieran al pie de la letra.

-Feli ¿Te puedo decir así?-Se tomo las confianzas antes de pensar bien sus palabras y como se lo diría-Mira, como tu futuro maestro (Por si no lo sabias, aunque no lo parezca lo soy) tengo que saber desde ya ¿Eres de la clase de chicos soplones?-Por la mirada penetrante que traía en ese momento por su propio bien y su futuro académico era que dijera que no.

Se acercó a mi y se colocó al lado de mi cama, eso me puso un poco nervioso ¿Y si quería atacarme? Bueno, correría y pediría auxilio a gritos, alguien tendría que venir ¿no?
-Feli ¿Te puedo decir así?-me dijo mirándome de forma penetrante que sólo me intimidó un poco, tragé saliva y asentí con la cabeza-Mira, como tu futuro maestro (Por si no lo sabias, aunque no lo parezca lo soy) tengo que saber desde ya ¿Eres de la clase de chicos soplones?
¿Mi maestro? Ah pero si se veía bastante joven, si no me lo hubiera dicho habría tardado años en averiguarlo... Que raro, mi compañero de habitación iba a ser mi maestro, ¿era normal? Bueno, quizá tenía sus lados buenos... podría ayudarme cuando no entendiera, ve... y me protegería... Nadie se atrevería a venir a mi cuarto y golpearme si sabían que un maestro estaría en la misma habitación.
Me perdí por un segundo en esos pensamientos pero sentí su mirada penetrante y recordé de pronto que me había preguntado otra cosa.
-¿Q-qué si soy soplón? P-pues... s-no -dije, revolviendome incómodo en mi cama.
¿Por qué me preguntaba eso? ¿Quería hacerme algo malo? ahhh, ahora tenía miedo de nuevo, mucho miedo. Miré a todos lados buscando una escapatoria, pero mientras tanto decidí que debería decirle todo lo que quisiera escuchar.
-¡No, no soy soplón, nada soplón! -grité.
A menos que esté bajo una amenaza... Pero eso no importaba ahora.

(*Usser se latiga por que se había olvidado de contestar aquí*)

Noto que se estaba poniendo nervioso ¿No se abra creído el numerito de viejo asesino a sueldo de verdad? ¿O si? Así con los ingenuos, pero bueno, le agradaba el chico aunque se viera bien miedica, mejor se lo dejaba claro no quería que la relación con su compañero de cuarto se basara en el miedo.

-No te asustis, si no te voy a hacer nada. Te lo digo por que soy medio fiestero y no quiero que la escuela se entere de que vuelvo todos los días a la madrugada, eso se vería feo-Sonrío con pena retrocediendo un paso para pasar a sentarse en el borde de su cama, sería simple ese año para el, cuando solía tomarle cariño a alguien solía ponerse más considerado en las notas. Era algo poco ético, pero inevitable....

Acerco su mano hasta su cabeza y la acaricio

-Por guardarme el secreto tienes biología y química asegurada, ya sabi, si alguien se mete contigo no tienes que hacer más que avisarme-Le guiño volviendo a ponerse de pie y dignado a ordenar un poco las cosas de su lado. Pateo la ropa que le estorbaba en el camino ¿Le gustaría el mate? Desde que el argentino se lo había enseñado que no podía vivir sin el, pero matear solo era algo aburrido...UU

Me acarició la cabeza con la mano luego de explicarme. Así que no quería hacerme daño, menos mal, yo ya había visto los titulares del periódico en mi mente donde anunciaban mi muerte (debería de aprender a no ser tan neurótico), suspiré con alivio. Sin embargo, me quedé con un poquito de preocupación. Si mi maestro iba a hacer (probablemente) fiestas ilegales y traer alcohol, sustancias extrañas y stripers a la habitación, bueno... eso era... eso era...
Genial.
Tal vez este año fuera mucho más divertido que el anterior, donde me la pasé con la cabeza metida en el inodoro cuando no podía huir lo suficientemente rápido de los abusones.
Vi como Manu pateaba algo de ropa. No lo conocía de más de una hora y ya lo quería bastante. Había dicho que le avisara si alguien se metía conmigo, era la primera vez que una persona me decía algo como eso... Sentí el estúpido impulso de abrazarlo, y como todos los estúpidos impulsos que tengo... lo hice.
-¡Gracias Manu! -le dije- ¡Me portaré bien y nadie sabrá nada jamás sobre lo que hagas ilegalmente!