xx/xx/xx algo que nunca olvidare... [R-18]

Después de lograr brincarnos, caminamos calle abajo. La gente se nos quedaba viendo raro por nuestro aspecto, pero no me importaba realmente.
-Umm Prussia... -murmuré después de unos segundos de silencio- Si vamos a pie no llegaremos jamás...
No esperé a que me respondiera, sino que lo guié hasta mi casa, de la que estábamos bastante cerca. No sabía si Prussia había estado antes ahí. Era una de las más antiguas de Roma, estaba en el centro y tenía tres pisos. A veces mi hermano venía a visitarme y a veces Alemania, lo cual me gustaba mucho, porque odio pasar tiempo solo en un lugar tan grande.
-¿Quiéres pasar? -le ofrecí, a lo mejor quería usar el baño o que se yo- Sólo venimos de paso, pero podemos hacer una breve pausa...

Tal vez fuesen paranoias mías pero mientras caminábamos, hacia donde sea que Ita-chan me llevase, Todas las personas se nos quedaban viendo extraño. Caminamos durante un rato sin decir nada, miraba de un lado a otro encontrándome con extraños monumentos a cada paso, Roma era más grande de lo que me había imaginado. No llevaba ni un solo día ahí y ya me había perdido dos veces en una plaza y en una iglesia vaya mala suerte la mía.
-Umm Prussia...-murmuro ita-chan. Lo mire un poco confundido ya que no iba prestando mucha atención.- Si vamos a pie no llegaremos jamás...Ita-chan siguió caminando sin darme tiempo para responderle o preguntarle a donde íbamos. Unos momentos después llegamos a la casa de Ita-chan. Nunca antes había en su casa, solo West ha venido y me ha contado historias muy extrañas sobre la casa de Ita-chan; la que más se me ha quedado grabada es la historia de que en su casa no hay reglas para conducir y todo es un total desorden.
-¿Quiéres pasar? Sólo venimos de paso, pero podemos hacer una breve pausa...- dijo Ita-chan.
Asentí con la cabeza y lo seguí. Este lugar no podía ser tan desastroso tal vez West exageraba.

Asentí con la cabeza y abrí la puerta, dejándolo pasar. La casa estaba un poco desordenada pero eso me daba lo mismo, había algo de ropa tirada en el sillón, una mancha que si mal no recordaba era de salsa de tomate en la alfombra, algunas revistas regadas por la mesa de té, un plato con restos de pasta y la laptop en el suelo.
Si Alemania o Austria estuvieran aquí me habrían regañado, pero Prussia no se ve de esos.
-Ve~ ponte cómodo -le dije mientras corría subiendo las escaleras hacia mi habitación.
Abrí la puerta y vi que se me había olvidado tender mi cama... en fin, corrí hacia la mesa de noche y tomé las llaves. Había una foto mía con mi hermano, donde él no se veía muy feliz pero no me importaba, también tenía una con Japón y Alemania.
Se vio en el espejo y vio que su ropa estaba completamente aterrada.
"Tal vez... debería aprovechar... y cambiarme..." pensó. Entonces abrió su closet y comenzó a sacar ropa al azar, al final eligió unos jeans y una playera a rayas. Entonces se sacó toda la ropa sin preocuparse que Prussia anduviera en su casa en absoluto y comenzó a cambiarse, tirando la ropa sucia en cualquiero rincón.

Su casa era un caos total, me recordaba un poco a la mía; pero solo un poco. West tardaría un rato en limpiar todo este lugar, sonreí para mí, tal vez debería invitar a ita-chan a que se quedase unos días conmigo en casa de West.
-Ve~ ponte cómodo – dijo ita-chan y subió corriendo por las escaleras. Me senté en lo que parecía ser un sillón, mire alrededor examinando el desorden. Había ropa por todos lados, torres de revistas derrumbadas, pedazos y manchas de comida en la alfombra. Si definitivamente tenía que quedarse con nosotros. Alcance una revista y me puse a ojearla para matar algo de tiempo, solo miraba las imágenes por que no entendía el idioma; la mayoría eran imágenes de comida italiana y estaba manchadas de pasta o tomate. Me aburrí al poco rato y arroje la revista hacia el lugar del que la había tomado. Me quede contemplando el techo un rato ¿por que se tardaba tanto ita-chan? no me gustaba esperar me desesperaba muy fácilmente. Me recline un poco hacia adelante y sentí un terrible dolor de pansa, empecé a sentir nauseas y mareos. M tape la boca, me incorpore y corrí en busca de un baño.
-ahh… demonios…- murmure. abri todas las puertas de la sala pero no encontré ningún baño, subí las escaleras lo más rápido que pude y entre de lleno en la primera habitación sin imaginarme lo que encontraría.-¡AHHHHHHH!!- grite. Ita-chan estaba cambiándose en esa habitación. Mi cara hirvió y tal vez se puso roja como un tomate. Me quede viendo a Ita-chan, me había olvidado por completo mis ganas de vomitar y empece a balbucear – ¡P-p-perdón! ¡P-p-perdón! ¡No fue mi intención! – cerré los ojos y voltee de inmediato al lado contrario. "demonios porque me tienen que pasar estas cosas ami".

El grito fue lo que me asustó, me sobresalté y dejé caer la playera al suelo llevándome las manos a la boca e imaginándome miles de imágenes por segundo donde me pasabn muchas cosas horribles.
– ¡P-p-perdón! ¡P-p-perdón! ¡No fue mi intención!
Solté un suspiro de alivio al escuchar esas palabras, a las que no les busqué un significado real, mi única conclusión fue que era Prussia. Había olvidado por completo que estaba en mi casa, por un momento infinito había creído que alguien se había metido a robar o algo así. Me di la vuelta y vi que el también me estaba dando la espalda.
-Ve~ ¡Prussia! -exclamé acercándome a él y abrazándolo por la espalda con fuerza, rodeando - Me asustaste...
No estaba muy seguro de porque estaba haciendo eso, pero... ¿qué importaba? Me habían dado ganas de hacerlo y lo hice, en verdad estaba feliz porque fuera Prussia quien estuviera ahí.
Entonces noté que podía sentir su latidos un tanto agitados como los míos, tal vez algo había sucedido abajo.
-¿Pasó algo? -pregunté preocupado. Me había olvidado por completo que aún no terminaba de cambiarme, en realidad eran cosas con poca importancia para mí- Estás algo... agitado, ve~

“¡Idiota!”Estas cosas me pasan por desesperado, no debí de haber entrado así, ahora tal vez Ita-chan está furioso y todo terminara aquí por mi culpa.
-Ve~ ¡Prussia! – gritó Ita-chan desde el otro lado del cuarto. Listo, estaba hecho, Ita-chan está furioso, me lanzara a patadas a la calle y nunca me volverá ah hablar o tal vez me ara pedazos como lo hizo Hungría; pero eso no fue mi culpa ella dijo que era un chico. Estaba especulando todo lo que me haría cuando sentí como me empezaba a apretar con sus brazos, abrí los ojos como platos y empecé a temblar - Me asustaste... – sentí como el sudor empezaba a resbalar por mi frente, mi corazón se acelero y se me hacía difícil respirar. Esto no podía estar pasando…-¿Pasó algo?... Estás algo... agitado, ve~
-¡N-n-no p-pasa nada! ¡v-ven!- me voltee tome al chico por los hombros y mirando a otro lado, ya que aun estaba semidesnudo y no me podía concentrar gracias a eso, lo tome y lo lleve junto a su closet - T-t-termina de v-vestirte y-yo t-t-te espero a-afuera – tartamudee. Salí de inmediato de la habitación, cerré la puerta y me recargue en ella suspirando de alivio un minuto más y pude haber perdido el control.
-esto está mal muy mal… - murmure mientras me limpiaba el sudor de la frente. Mi mirada cayó en el pomo de la puerta, sentí las ganas de volver a entrar.- ya vasta idiota no vayas ha hacer estupideces - dije rechazando la idea y mirando hacia otro lado pero siempre volvía a mirar el pomo de la puerta que me tentaba cada vez mas.

-¡N-n-no p-pasa nada! ¡v-ven!- me dijo, y tomándome de los hombros me llevó a mi clóset, yo ladeé la cabeza sin entender muy bien - T-t-termina de v-vestirte y-yo t-t-te espero a-afuera.
-¡Espera Prussia no..! -le dije pero lo único que escuché por respuesta fue el portazo.
¿Qué había hecho para molestarlo? Tal vez a Prussia no le gustaran los abrazos, ahora que recordaba la última vez que lo abracé también se puso extraño. Me sentí bastante mal por eso, solté un suspiro y me recargé contra el armario. ¿Qué debía hacer? ¿Disculparme?
Sí, probablemente eso. Siempre funcionaba. Le diría que no lo volvería a hacer y si decía que no... bueno, no estaba seguro.
Pero primero terminaría de vestirme, es lo que me había dicho que hiciera y no le quería dar mas disgustos. Tomé mi playera y me la puse rápidamente, después tomé mi chaqueta favorita (tenía un lindo conejito atrás) y me dirigí a la puerta.
-¡Prussia! ¡Prussia! ¡Perdóname! -comenzé a gritar aún antes de abrir la puerta -¡no lo volveré a hac...!
Justo cuando abrí la puerta, Prussia cayó de espaldas y casi me hace caer a mí tambien, oh no, seguramente había estado recargado contra la puerta.
-¡Waaah Prussia perdóname! -comenzé a gritar, iba a abrazarlo pero recordé que no le gustaba eso, así que me abstuve y me senté de rodillas junto a él.

Por fin me había tranquilizado y se me habían quitado las ganas de vomitar, pero a pesar de eso aún no podía asimilar lo que había pasado, Ita-chan no estaba molesto incluso me abrazo; no entendía nada de lo que estaba pasando. Me puse pensar en todo lo que había pasado hasta ese momento, se había puesto extraño desde que salimos de los helados e Ita-chan me pregunto ¿Qué si me gustaba? ¿A que se refería con eso? Nada tenía sentido, después nos metimos en esa iglesia vieja y aterradora en donde casi pierdo a Gilbird y en donde Ita-chan me abrazo…
-kesesesese eso si me gusto- me quede estancado recordando una y otra vez esa parte del día. Estaba tan desconcentrado que no sentí cuando la puerta se habría y desaparecía; simplemente caí de espaldas y me golpe en la cabeza.- AHHHHHH!!!- cerré los ojos por el dolor y sujete mi cabeza con ambas manos.
-¡Waaah Prussia perdóname! – grito Ita-chan. Abrí los ojos y lo vi a un lado de mi.
-Ahh ¿qué paso? – pregunte aturdido mientras me sentaba – ahh eso dolió… ¿qué pasa? ¿Por qué gritas? - mire al chico mientras me sobaba la cabeza.- perdón por casi caerte encima. ¿ya estás listo Ita-chan? -Tome a Gilbird que me picoteaba y lo lleve a su lugar, era la segunda vez que se me caía en lo que iba del día, me incorpore y me acomode la playera.

-Ah... uh... si... -dije un tanto confundido, mientras sacaba las llaves del bolsillo de mi pantalón. Se las mostré a Prussia, tenían un llavero con la bandera italiana- ¿Te subirías a una moto si yo la conduzco?
Entonces me di cuenta de algo, sus ropas estaban bastante sucias también, y tenía aún el pelo lleno de polvo y seguramente yo también. Quizás... no era tan buena diea después de todo salir, tal vez deberíamos quedarnos. Miré de reojo hacia la puerta de cristal que daba a mi balcón y vi que ya estaba atardeciendo, el sol se ponía de ese tono anarajando que tanto me gustaba.
-Mmm Prussia... -murmuré, mirándolo a los ojos- ¿No te gustaría quedarte aquí? Puedes darte una ducha si quieres, yo puedo preparar algo de cenar... Y luego ya veremos en que pasamos el tiempo...
Le sonreí, esperando su respuesta. Esperaba que me dijera que sí. Incluso podría pasar la noche en mi casa.
-¿Y bien? -pregunté acercándome a él, para limpiarle una mancha de polvo que tenía en el rostro con mi mano- Podemos ir a mi lugar favorito mañana...

-Ah... uh... si... ¿Te subirías a una moto si yo la conduzco?- dijo ita-chan mostrándome las llaves de su moto. El chico se quedo callado y me miro detenidamente. -Mmm Prussia... ¿No te gustaría quedarte aquí? Puedes darte una ducha si quieres, yo puedo preparar algo de cenar... Y luego ya veremos en que pasamos el tiempo...
Me sorprendí por el cambio tan brusco de planes, no entendía porque había cambiado de idea. Lo mire, el chico sonreía, al parecer le agradaba la idea; si al le agradaba no veía porque no quedarme.
-¿Y bien?... Podemos ir a mi lugar favorito mañana...- dijo ita-chan se me acerco y limpio una mancha que tenia en el rostro.
-esta bien… si eso es lo que quieres- dije un poco confundido por su forma de actuar. Pregunte a ita-chan donde podía darme un baño, me dijo que había un baño ahí mismo en su habitación, me prestó una toalla y un poco de ropa limpia; como no me quedaban ninguno de sus pantalones tuve que conservar los míos.
-mmmmm… me pregunto porque habrá cambiado de parecer- murmuraba mientras me miraba en el espejo del baño, estaba hecho un desastre todo mi cabello estaba lleno de polvo. Me dirigí a la ducha y abrí, la llave el agua estaba helada pero sirvió para despertarme. - tal vez este cansado o algo asi.

Le dije que podía tomar la ropa que quisiera, si es que le quedaba, y bajé por las escaleras.
Había ordenado un poco, para que no se viera tan mal, es decir, tenía visitas ahora. Saqué algo de harina y me puse a preparar las tiras de pasta, una vez terminé las puse en la olla con agua. Mientras se calentaba corté unos tomates y preparé la salsa. Me senté a la mesa a esperar que todo estuviera listo y escondí mi rostro entre mis brazos, no es que me sintiera triste, era que...
Escuché el sonido de la regadera en mi habitación. Prussia debía de estarse bañando arriba ya. La casa estaba silenciosa, se respiraba un aire extraño que el sonido de la calle, con sus camiones y motocicletas, no podía cortar. Sólo el sonido de la regadera, del agua cayendo sobre el piso del baño. ¡Ah, que pensamientos tan estúpidos!
Me incorporé y me puse a acomodar la cocina, porque probablemente Prussia ya tenía una pésima impresión sobre mí. Debía de arreglar eso. Dejé los platos sucios sobre el fregadero y saqué una botella de vino y dos copas que dejé sobre la mesa. Fui a ver la pasta y decidí que tendría tiempo suficiente para darme un baño antes de que estuviera lista. Lo haría en el baño de abajo.
Entré y me saqué toda la ropa, abrí la regadera y al agua comenzó a caer sobre mí. Tendría que darme prisa para salir antes que Prussia. Luego pensé en su respuesta, había estado muy vaga, quizás en realidad no quería quedarse aquí.
-Debe tener algo más interesante que hacer hoy... -murmuré, decidiendo que después de cenar le ofrecería llevarlo a casa.

Salí de la regadera y me seque con la toalla que Ita-chan me prestó. Limpie el espejo que se había empañado con el vapor y me mire en el, me veía muy diferente a como entre. Me puse la playera que Ita-chan me prestó, era blanca y tenía las mangas de color azul oscuro, no me quedo tan chica como creí, un poco justa tal vez pero estaba bien. Termine de cambiarme y salí del baño, seque mi cabello que aun estaba un poco húmedo y mire el cuarto. Ita-chan no estaba ahí, tendí la toalla en una silla que estaba junto a una mesa de noche, ahí había una foto de Ita-chan y su hermano; ambos se parecían mucho y tenían ese extraño rulito pero en diferente dirección. Deje la foto en su lugar, salí de la habitación y me dirigí hacia la planta baja.
-hey Ita-chan- lo llame pero no me contesto.- ¿Donde se habrá metido?- recorrí la sala con la mirada, la sala ya no estaba tan tirada, probablemente había estado limpiando.-¿uh? – un olor me llego desde la cocina. Me dirigí a la cocina y lo olí mas de cerca, fuese lo que fuese olía muy bien.
Escuche que algo se movía en algún lugar de la casa. Regrese a la sala y localice la habitación de donde provenían los ruidos.
-Ita-chan ¿estás ahí?- dije golpeando la puerta con los nudillos.

Me sobresalté mientras salía de la ducha al escuchar que golpeaban la puerta. Era obvio que era Prussia, ¿quién más?
-Ita-chan ¿estás ahí?- escuché que me decía desde el otro lado de la puerta del baño. Al parecer yo no había sido lo suficientemente rápido para terminar antes que el, pero bueno, había preparado también la pasta... Que ya casi debía estar lista.
-¡Sí, aquí estoy! -respondí con un grito, mientras me colocaba la toalla alrededor de la cintura y le abría la puerta, haciendo que todo el vapor comenzara a salirse-. Decidí tomar una ducha, mientras tú... ¿Pasó algo?
Prussia traía el cabello mojado y una playera que reconocí como mía, pero que me quedaba grande y por eso no la usaba, a él parecía quedarle algo ajustada. Ladeé la cabeza y lo miré con curiosidad, preguntándome si necesitaba alguna cosa y por eso había venido a buscarme.
-¿Prussia?

-¡Sí, aquí estoy! - La puerta se abrió dejando escapar el vapor. Un escalofrió recorrió mi cuerpo al ver lo que acaba de interrumpir. - Decidí tomar una ducha, mientras tú... ¿Pasó algo?
El vapor se disipo dejando al descubierto a ita-chan. El chico estaba casi desnudo, solo tenía una toalla ceñida a la cintura, su cabello, aun mojado, escurría sobre su piel blanca haciéndola brillar.
-¿Prussia?- me llamo pero no podía articular palabra alguna. por su cara se deslizaban gotas de agua que poco a poco se iban perdiendo en su piel, estaba perdido en algún lugar de mi mente, estaba a punto de perder el control. Sus ojos cafés me miraban fijamente, trague saliva, sabía que estaba a punto de cometer lo que podría ser una gran estupidez pero estaba decidido ya no lo soportaba mas. Sonreí con malicia y decidí actuar.
-escucha Ita-chan necesito…- se me cortaban las palabras, definitivamente no era bueno para estas cosas. Me acerque al chico y lo sujete por los brazos, quedando peligrosamente cerca de él. –Necesito decirte algo…- no podía decírselo. Su mirada me venció y mire hacia un lado. Cerré los ojos con todas mis fuerzas, tome todo el coraje que pude y lo bese. Algo extraño, como una corriente eléctrica, recorrió mi cuerpo en cuanto toque sus labios, me perdí tanto en ita-chan que no me di cuenta cuando resbalamos con el charco de agua que se había formado.
Cuando el aire me falto me despegue de él. Rápidamente semi incorpore, apoyé mis brazos en el suelo sobre sus hombros y mis rodillas a los costados de su cintura, habíamos caído de lleno en el charco y estaba todo empapado pero no me importaba, solo quería asegurarme de que no se fuese a ninguna parte.
El cabello me goteaba y me cubría los ojos, mire a mi prisionero y sonreí – tu me gustas.

-Escucha Ita-chan necesito…- me dijo, se veía extraño y me empezó a entrar miedo, pero era Prussia, no podía hacerme daño, ¿verdad? a pesar de esa sonrisa... –Necesito decirte algo…
Parecía que fuera lo que fuera a decirme no iban a ser buenas noticias en absoluto. Tragué saliva nervioso, esperando a que hablara, pero no lo hizo. Apenas iba a preguntarle qué sucedía cuando sus labios chocaron contra los mios, así, de repente. Abrí los ojos con sorpresa, no podía creer que estuviera realmente haciendo eso. Todo sucedió tan rápido, quize empujarlo, pero en vez de eso me vi devolviéndole el beso.
De pronto resbalamos con un charco de agua en el piso y el cayó encima de mí, peor aún así no interrumpió el beso. Sentí que mi corazón iba a estallar, latía demasiado rápido, y no entendía como habíamos terminado así, me dolían los codos por el golpe, pero en ese momento no podía quejarme, mi cerebro no lo procesaba. Ni siquiera cuando se separó de mí.
– Tu me gustas -me dijo con una sonrisa, tenía el cabello pegado al rostro. Por un momento no entendí el significado de esas palabras.
-Prussia... yo... -intenté decir algo, decirle que esto estaba mal, que se pusiera de pie para poder cenar y olvidarlo todo, que estaba dispuesto a olvidarlo completamente. Pero era tan difícil -Yo...
No me di cuenta de que alguna lágrimas comenzaban a resbalar por mis mejillas, ni que estaba tan sonrojado como uno de esos tomates que tanto ama mi hermano. Lo que él me estaba diciendo simplemente no podía ser cierto, y esa posibilidad hacía que una sensación horrible creciera en mi interior. ¿Cómo iba a gustarle yo a Prussia? Debía ser una broma, seguramente sólo quería... sólo quería...
-N-no... me mientas... -le dije apartandole el cabello del ojos, para poder verlos directamente- ¿P-porqué me ha-haces esto?

-Prussia... yo… yo… - Ita-chan iba a decir algo pero calló al final. Se veía nervioso y desorbitado, el corazón me latía rápidamente, el silencio me estresaba cada vez más. Sabía que lo hecho, hecho estaba y que no podía deshacerlo, no debí de haberme dejado llevar por mis impulsos, había echado todo a perder y seguro nunca más me volvería a dirigir la palabra.
Presione con fuerza mis manos sobre el suelo, me estaba volviendo loco ¿Qué intentó decir Ita-chan? ¿Por qué se habia quedado callado? El silencio me estaba matando necesitaba escuchar lo que el intento decir, necesitaba saber que era lo que él sentía. Estuve a punto de empezar a gritar cuando vi que unas lágrimas resbalaban por su rostro. Ahora estaba confundido, no sabía que debía hacer ahora.
-N-no... me mientas...- dijo ita-chan y aparto el cabello que cubría mis ojos.- ¿P-porqué me ha-haces esto?
Me enfurecí, lo sujete de los hombros y lo mire fijamente.- ¡¿MENTIRTE?! ¿CREES QUE TE ESTOY MINTIENDO? ¡IDIOTA! –explote- ¡ME GUSTA ESTAR CONTIGO! ¡ME GUSTA TU FORMA DE SER! !ME ENFURECE NO PODER HACER QUE SONRIAS COMO LO HACE ALEMANIA! !NO ME DIGAS QUE MIENTO O TE DARE UN PUÑETASO EN LA CARA!- estaba agitado, mi pecho subía y baja rápidamente cada vez que respiraba. Mi frente había quedado casi pegada a la de él, lo mire fijamente, lo único que pensaba en ese momento era en obligarlo a responder.

¿Idiota? ¿Mi forma de ser? ¿Hacerme sonreír como Alemania? ¿Era una d-declaración? ...¿Puñetazo? Definitivamente no era la más romántica, porque en vez de hacerme sentir bien, sentía miedo... Todo eso lo dijo en un segundo, pero en mi mente sonó eterno, más porque no podía procesarlo bien. Todo había pasado tan de repente, que ni siquiera lograba entender los motivos de su reacción, pero, a juzgar por su rostro, estaba furioso conmigo y yo.. yo no sabía qué hacer.
-L-lo siento... -sollozé, temblaba pero no me daba cuenta de ello, y Prussia estaba tan cerca de mí. Me sentía tan indefenso-, Y-yo.. no sabía que... que tú... Por favor, no me golpees...
Cerré mis ojos y giré mi cabeza, estaba seguro de que me golpearía y dolería demasiado, pero a lo mejor me lo merecía ¿cierto?
-P-perdóname, Prussia...
Las lágrimas seguían corriendo por mi rostro, y sentía su respiración mezclarse con la mía. Me había dicho que le gustaba (¿Desde cuándo se habría sentido así?), sin embargo, después de esto... corresponderle se veía difícil...

-L-lo siento... Y-yo.. no sabía que... que tú... Por favor, no me golpees...- el chico tiritaba asustado con el rostro lleno de lagrimas. - P-perdóname, Prussia... –dijo girando la cabeza hacia a un lado.
Seguía mirándolo fijamente; aunque él no me estuviese mirando, poco a poco la ira que había sentido se fue disipando. Me sentí terrible al verlo asi “bien hecho idiota encontraste la forma de cagarla más” lo solté lentamente, me deje llevar y le grite pensando solo en mi sin detenerme un momento a pensar en el.
Gire su cara hacia la mía y limpie sus lágrimas con mis pulgares – Lo siento… no te voy a pegar… ya no llores…- dije mirándolo a los ojos. Aun temblaba y sollozaba, rápidamente me saque la playera y se la puse encima.- te vas a resfriar… vamos el día ya se acabo.- dije poniendo me dé pie y ayudando a ita-chan a que se incorporara.

Me ayudó a incorporarme.
De repente los gritos habían cesado, se veía diferente, ¿tristeza?. El caso es que me sentía fatal también, no podía dejar las cosas así, porque no quería que cada vez que nos encontrarámos surgiera esa sensación incómoda entre nosotros. Yo le quería, la verdad que sí.
Abrí la boca, pero la volví a cerrar al no encontrar palabras para decir lo que necesitaba decirle. Entonces hice lo único que se me ocurrió, y lo abracé. Quería decirle que todo estaba bien, entonces comenzé a hablar cerrando mis ojos con fuerza.
-P-perdóname... -le dije de nuevo- Tú sabes que no puedo... que yo no...
Ok. No podía decirlo, pero sabía que el entendería. Porque yo comenzaba a entenderlo a él. Y era algo tan terrible que sólo quería abrazarlo más fuerte.

-ya deja de disculparte… no tienes por qué hacerlo fui yo el que se comportó como un idiota- dije mirando a otro lado.- ven vamos a tu cuarto para que te termines de vestir, yo iré por mi ropa.
Lo había echado todo a perder por la tonta corazonada de creer que le gustaba, tuve que arruinarlo precisamente hoy que era la primera vez que salía con él. Deseaba volver diez minutos atrás y evitar que esto pasara, apreté los puños con fuerza y me maldije una vez más.
Ninguno dijo nada en todo el camino, fue un silencio incomodo, solo se escuchaban nuestros pasos que hacían eco en la casa.
-¿puedo preguntarte algo…?-dije deteniéndome enfrente de la puerta. Lo mire a los ojos, dude de un momento y me resigne- no olvídalo… no es nada…-dije mirando hacia otro lado. No sabía si era buena idea preguntarlo- cuando termines de cambiarte, me pasarías mi playera está dentro del baño.

-Mmm... está bien -le dije después de pensarlo un momento. Entré y cerré la puerta trás de mí. De repente tuve el impulso de tomar todo lo que estuviera mi paso y romperlo, pero no lo hice. En vez de hacer un estupidez, me puse la ropa y luego me miré al espejo. ¿Qué habría querido decirme Prussia? Bueno, no quería enredar más las cosas pero...
Abrí la puerta y le extendí la mano con la playera que me había dicho.
-Ten -le dije, mirando al suelo y esperando que la tomara, de pronto mi boca se abrió como siempre y soltó una tontería más-: ¿Qué era lo qué querías preguntarme? Puedes decírmelo...

Me quede afuera esperando a ita-chan, mirando perdido hacia la nada. estaba cansado, solo quería que todo terminara de una buena vez, no podía mirar a ita-chan a la cara por lo que había pasado y cada momento que pasaba ahí era mas y mas incomodo. Me recargue en la pared junto a la puerta, estaba helada, pero no me importo ¿Qué podía hacer? No quería perderlo… quería que todo se olvidara y terminar la cita… pero la estupidez que hice no era para nada fácil de olvidar. Suspire abatido cuando la puerta se abrió.
-Ten – dijo ita-chan entregándome la playera que había olvidado. Tome la playera y me la puse rápidamente. -: ¿Qué era lo qué querías preguntarme? Puedes decírmelo...
La pregunta me tomo desprevenido, mire al chico tratando de encontrar su mirada pero me fue imposible ya que miraba hacia al suelo. ita-chan evitaba mi mirada, Estaba confundido, me debatía por decirle o callar al final me decidí.
-bien pero jura que responderas a lo que te pregunte - me volví a recargar en la pared y trate de encontrar su mirada una vez mas pero su cabello le cubría los ojos.- ¿tu sientes algo por mi hermano?

Apenas escuché su pregunta me arrepentí de haberle insistido que me lo dijera. Sentí como me sonrojaba de golpe, debia de parecer uno de esos tomates que a mi y mi niichan tanto nos gustaban. Pero no corrí ni bajé la mirada (aunque claro que tuve esos impulsos), me aparté el cabello del la frente y me mordí el labio inferor, ¿Cómo responder a algo como eso...?
"Prussia, me has metido en una situación muy difícil" pensé al sentir que mi estómago se revolvía. Pero él seguía mirándome con sus ojos rojos, y yo seguía sin emitir sonido alguno, el tiempo simplemente no se detendría, aunque siguiera escuchando la pregunta (¿tu sientes algo por mi hermano?) una y otra vez en mi cabeza.
¿Mentir? Podría hacerlo pero sólo empeoraría las cosas a la larga, no, tenía que hacerlo.
- ¿H-hablas de Lud-Ludwig? -pregunté. Claro que hablaba de Ludwig, no tenía otro hermano que yo supiera. Entonces suspiré con fuerza, comprendiendo que no podría alargarlo más. Apreté los puños y volví a abrir la boca para esta vez hablar con mas coherencia.
-Te quiero demasiado... Eres muy especial para mí, significas mucho -dije en un susurro-, yo no.. no quiero perder nada de esto que tengo contigo... pero... -apreté con un poco más de fuerza mis puños, no podía decirlo- pero...
Para entonces lágrimas calientes caían por mi rostro y yo no podía levantar la mirada. Me quedé con un nudo en la garganta, ¿Cómo podía ser tan cruel?

Ita-chan callo de repente, tenía el rostro lleno de lagrimas y apretaba los puños con fuerza. Ese chico no paraba de confundirme, dijo que me quería, que yo era especial para él y que no quería perder lo que había entre nosotros.
¿De verdad me quería? ¿A qué se refería con eso de que no quería perder lo que tenia conmigo? Y ¿Qué era lo que había tratado de decir? Ya no entendía que pasaba, estaba muy confundido, mi mente trataba de hallar una respuesta lógica pero en ese momento no podía pensar bien.
-¿pero?...- susurre impaciente. Me acerque a ita-chan y lo sujete por los brazos, aprisionándolo para que no escapara. Olvide que no me había respondido lo que le pregunte por saber que era lo que tanto se resistía en decir.- habla ita-chan no te quedes callado…-masculle mirándolo fijamente. Mi corazón empezó a latir más rápido, el miedo empezaba a acrecentarse dentro de mí, creía saber que era lo que venía después y temía por que fuera verdad.

Suspiré con fuerza. De acuerdo, se lo diría.
-Promete que no me vas a odiar... -murmuré, eso me dolería demasiado- Pero... yo no puedo... estar contigo porque... sí siento algo por... Ludwig...
¿Por qué era tan duro decir eso? Ojalá Prussia nunca me hubiera dicho nada, hubiera hecho todo más fácil para mí, pero no para él. Tal vez era lo mejor, pero lo mejor dolía mucho.
-Y por eso... no puedo corresponderte... -dije esto último en un murmullo y me quedé mirando al suelo, escuchando sólo nuestras respiraciones. Si yo me sentía de esta forma, ¿Cómo se sentiría Prussia? Seguramente me odiaría, pero es que... Era la verdad.