xx/xx/xx algo que nunca olvidare... [R-18]

-Ve~ no soy viejo... -le dije un poco nervioso-, te mostraré donde, ¿está bien?
Íbamos caminando por el pasillo, cuando llegamos a la habitación de huéspedes... bueno, una de ellas. Abrí la puerta, el cuarto estaba un poco abandonado, con polvo en los muebles y el armario, pero la cama se veía bien y al menos no estaba tan desordenada como las demás habitaciones de la casa donde yo solía pasarme.
-¿Qué te parece? -dije sentándome en la cama con una sonrisa, la lluvia golpeaba contra el cristal de la ventana- ¡No es la gran cosa pero ojalá te guste!
De pronto un trueno resonó haciéndome saltar y taparme la cara con una almohada, me quedé ahí temblando por unos segundos.
-L-lo siento... -dije-, me dan miedo las tormentas... ¿P-puedo dormir contigo? ¡Prometo no hacer ruido y portarme bien!
En ese momento sonó otro trueno y me estremecí, hundiendo más mi rostro en la almohada. Ojalá no tuviera que hacer esto, pero... no me quedaba otra opción... Y el viento azotaba las ventanas y los árboles, provocando un sonido aterrador.

Seguí a ita-chan por los pasillos que me parecían un laberinto interminable por lo ebrio que estaba, caminaba de una forma casi automática, no razonaba bien mis movimientos, solo veía como avanzaba.
Nos detuvimos por fin en una habitación que parecía estar arrumbada. Entramos. Me adelante dos pasos y eche un vistazo, la mayoría de los muebles estaban llenos de polvo. Se veía cómoda, un poco de polvo por aquí y por allá pero eso no me molestaba en lo absoluto.- si, así esta perfec…-iba a responderle a Feliciano cuando un trueno zumbó afuera, el chico salto velozmente a la cama refugiándose bajo la almohada.
-afuu…- suspire y lo seguí a la cama de un salto. Me tumbe boca arriba con los brazos detrás de la cabeza y lancé mis zapatos lejos.- si puedes dormir conmigo.- le respondí. Cerré los ojos un momento, vaya que estaba cansado.
Los truenos seguían resonando afuera en la tormenta, abrí los ojos y lo mire, Ita-chan temblaba bajo la almohada, sonreí al ver lo indefenso que se veía así.-oye tranquilo no pasa nada.- me acerque a él y levante la almohada con la que se cubría y entre a su escondite.- kesesese ya no tiembles mas, no te pasara nada- le sonreí al ver su cara asustada- yo me quedare aquí contigo toda la noche, no me apartare un segundo… pero tendrás que compartirme de tu almohada.

-¡Ve~! Esta bien -dije confundido porque había más almohadas, ¿no podía simplemente agarrar una de esas? Bueno, no le diría nada para evitar que se enojara conmigo, me corriera y tuviera que dormir en mi cuarto, solo.
Lentamente me levanté, listo para huir si sonaba otro trueno, pero como no fue así me quité toda la ropa lo más rápido que pude y la lanzé por ahí, metiéndome bajo las sábanas rápidamente cubriéndome hasta la cabeza. Me sentía un poco más seguro, así que le desee buenas noches a Prussia y cerré los ojos. No me había dado cuenta de lo cansado que estaba hasta ese momento.

Ita-chan se levanto y se quedo parado un momento, lo observe curioso, tal vez cambio de opinión y se irá a su cuarto a dormir, pensé, pero me equivoque. El chico se saco toda la ropa en un parpadeo, arrojándola por todos lados, después salto a la cama y se escondió bajo las sabanas.
-Ita-chan ¿D-d-de verdad piensas dormir así?- pregunte desconcertado ¿!!Cómo se le ocurre dormir asi!!?

-¿Uh? ¡Pues claro! -dije, un poco confuso por su pregunta- Si es lo más normal, ¿no?
Para mí era normal, entonces recordé que a Alemania tampoco le gustaba al principio que durmiera así, pero yo no terminaba de entenderlo: en Italia todos los hacemos así. Al pensar en Alemania me pregunté si estaría bien o si me extrañaba...
Me cubrí el rostro con la sábana al escuchar otro trueno. Y vi que Prussia aún traía puesta toda la ropa que había usado hoy, debía ser de lo más incómodo dormir de esa forma.
-¿No piensas hacerlo tú tambien? -pregunté-, O al menos ponerte otra cosa más comoda, ve~
Cerré los ojos, y me acerqué más a él. La luz de la habitación seguía encendida porque nadie se había molestado en apagarla, pero la perspectiva de bajar de la cama no se me hacía tentadora. Mejor así.

-N-n-no… B-bueno no es tan común como tú crees- la voz me tembló un poco debido a la situación tan extraña en la que me encontraba. No era la primera vez que me pasaba algo así, pensé en la vez que encontré a Hungría herida en un bosque, ese día descubrí que ¡en realidad Hungría era una chica! Ese momento fue en verdad embarazoso aunque no tanto como este.
-puff- rezongue y mire a ita-chan a mi lado, escondido bajo su sábana. “Bueno a donde vayas haz lo que veas” me quite la playera rápidamente y la avente lejos.- kesesesese ¡listo! ¡Ven aquí miedoso!- abrace a ita-chan con fuerza mientras reia, algo en todo aquello me parecía muy divertido.

De repente Prussia me abrazó. Y me llamó miedoso... bueno, eso es algo que sinceramente no puedo recriminar. Y así, como estaba, me sentía mucho más seguro.
-Buenas noches, Prussia... -dije, para luego soltar un bostezo y acurrucarme con él, abrazándolo de vuelta. Fuera la tormenta seguía, pero ya no me asustaba tanto, seguramente si estuviera solo en mi habitación no podría dormir.
Cerré los ojos, esperando quedarme dormido pronto. Estaba muy cansado, y sabía que Prussia también lo estaba por todo lo que habíamos hecho durante el día.... Seguramente mañana se tendría que ir y eso me puso un poco triste, me quedaría solo de nuevo...
Lo abracé con un poco más de fuerza, sin darme cuenta de ello.

Sentí como Ita-chan estrechaba fuerte sus brazos en mi, sonreí levemente para mi, ojala pudiera estar siempre a su lado de esa forma.
Recargue mi barbilla sobre su cabeza y maldije a Ludwig por ser quien era. Sabia que Ita-chan lo quería y también sabía que Alemania lo estimaba mucho, demasiado para ser sinceros. En ese momento odiaba a mi hermano por eso, yo quiero a Italia y lo quiero demasiado… pero tenia que admitirlo, aunque mis celos me devorasen por dentro, si alguien merecía estar con Ita-chan era él.
Suspire abatido, no pensaría más en mi hermano…al menos no ahora.
-oye Ita-chan- lo llame solo con el pretexto de poder hablar con él - mañana aras mas pasta ¿verdad?

Me estaba quedando dormido pero la voz de Prussia hizo que abriera de nuevo los ojos dirigéndolos a él.
-¿Eh? -tardé un poco entender de que hablaba y luego sonreí- ¡Claro que sí! Yo preparo pasta todos los días ve~ y no me canso.
Me alegró bastante que preguntara eso, porque quería decir que le había gustado como cocino, así que mañana prepararía mucha pasta para que se llevara también en el camino de regreso, que la comida de avión es una porquería.
Y le llevara a Alemania de paso.
Suspiré mirando al techo, de pronto el sueño que tenía había desaparecido.

Me revolví incomodo en la cama, no podía dormir, estar en una casa ajena y tener a ita-chan en la misma cama me quitaba el sueño. Trate de concentrarme en dormir pero no funciono y comenzaba a estresarme. Me rendí y decidid esperar hasta quedarme dormido, en algún momento tenía que hacerlo, bueno eso creía yo… estaba perdido en mi mente cuando escuche suspirar a Ita-chan.
-¿eh? ¿Qué tienes? -pregunte sorprendido al verlo aun despierto. -¿No puedes dormir? ¿tienes miedo de la tormenta?

La verdad es que sí tenía un poquito de miedo, pero no tanto a comparación de hacía rato. La tormenta estaba amainando y dentro de poco terminaría.
-Algo... ¡Pero no mucho porque estás conmigo! -respondí apoyándome en mis hombros para verlo y dedicándole una sonrisa.
Luego tomé la almohada y la abracé apoyando mi barbilla sobre ella. Había pasado ya rato desde que nos habíamos metido a la cama, y ninguno de los dos podía consiliar el sueño, por lo que pensé que quizás Prussia no estuviera cómodo o algo así.
-¿No tienes sueño, Prussia? -pregunté- ¿No te gusta dormir aquí?

- no es eso Ita-chan, es solo que dormir en camas ajenas me quita el sueño- mentí- pero no significa que no me guste dormir aquí contigo.-no podía decirle que era el quien no me dejaba conciliar el sueño. Tenerlo tan cerca de mí evitaba que se cerraran mis ojos, no quería desperdiciar ningún segundo junto a él ya que probablemente no tenga otra oportunidad como esta.
Momentos después me di cuenta de que me había extraviado mientras lo miraba. Rápido mi cerebro volvió a procesar.
- sabeseremuylindo…- conteste sin pensar.- ¡ah! ¡No quise decir eso perdon! ¡Bueno eres lindo si! pero me refería a que creo que eres genial t-tu me entiendes- mis palabras salieron atropelladamente de mi boca, tratando arreglar lo que dije pero ni mi cerebro ni mi boca parecían ponerse de acuerdo.

Me quedé observándolo por unos segundos, luego sonreí débilmente y me di la vuelta.
-Grazie Prussia... -susurré mientras enrojecía un poco y le daba la espalda- entiendo, así que no digas más...
Me pregunté si estaba bien todo esto, la tormenta estaba amainando y tal vez sería mejor que me fuera de ahí. Después de todo lo que había pasado que durmiéramos juntos era un tanto raro. Con recordarlo me sonrojé aún más.
Entonces me incoporé y me senté en la orilla de la cama cubriéndome con la sábana.
-¿Sabes? Creo que... creo que me iré a mi habitación...
No importaba que me diera miedo, si me iba no podría dormir por esta noche, pero si me quedaba tal vez...
-B-buonanotte...

Italia se incorporó, iba a irse de a su habitación y me dejaría ahí solo. Demonios lo había hecho de nuevo, cuando por fin las cosas iban bien las arruine como hice todo día.
-buenas no…- mire a Italia sin saber que decir. No quería que se fuera y me sentía impotente por no saber que hacer.
Tenía que hacer algo o Italia se iría, era mi última oportunidad pero ¿y si las cosas no salían bien?
-¡Italia espera no te vayas! –dije sujetando a Italia por el brazo. Una vez mas volví a preguntarme lo mismo ¿Qué tal si nada sale como quiero? ¿Qué pasara después eh? “¡al cuerno con las consecuencias!” volví a Ita-chan para verlo a los ojos.
-quédate conmigo… solo por esta noche se mío- dije mirando a Ita-chan, me había puesto frente a él sujetándolo por los dos brazos para que no pudiese escapar.

Al principio mi cerebro tardó un poco en razonar esas palabras, y cuando lo hizo por fin, sentí como la sangre me subía de golpe al rostro sonrojándome y mi corazón comenzaba a latir bastante más rápido.
¿Qué quería decir Prussia con esas palabras? no pude seguir manteniéndole la mirada y la desvié. Traté de levantarme pero me tenía agarrado de los dos brazos.
-¿D-de qué hablas? -pregunté, sentía la boca y la garganta secas- ¿Q-qué quieres decir...?
Mi mente trabajaba a un ritmo bastante lento, tal vez por todo el vino que había tomado. Tenía una vaga consciencia de que estaba todo incorrecto. Esa era la palabra que taladraba mis pensamientos, que todo era incorrecto, y que debía escapar antes de que me respondiera, porque no quería que lo hiciera y que luego pasara algo de lo que me arrepentiría. Tampoco quería mirarlo a los ojos porque esas preocupaciones que me mantenían en ciarto grado de conciencia se podrían ir.
No quería dejarme llevar, por lo que traté de levantarme de nuevo pero fue inútil.

Trataba de buscar su mirada pero Italia me evitaba. Aun cuando él trato de evadirme, noté que se había sonrojado y ese leve gesto me hizo desearlo aun mas. Tal vez tuviera una oportunidad de tener a Italia para mí pero debía hacer algo rápido para convencerlo o me quedaría solo toda la noche.
-quiero que…solo por esta noche tú te quedes conmigo…-dije buscando su mirada, una vez que la tuve frente a mí, me acerque a él para asegurarme de que me mirase-¡quiero que mandemos por un tubo las consecuencias! ¡Que olvidemos a los demás solo para ser nosotros y te quiero a ti! Vamos Ita-chan solo por esta noche…
Mi corazón se aceleraba cada vez más, miraba fijamente a Italia esperando por su respuesta. El silencio que reinaba era una tortura cruel.

¿E-entonces Prussia me estaba hablando en serio...? Claro que lo hacía, no había otra explicación, pero... no quería que las cosas terminaran así, no quería, no quería. No debía.
Sin embargo, no podía irme, no podía dejarlo así. Él me quería, eso lo sabía muy bien, pero dudaba que fuera suficiente. Comenzé a sentirme mareado, tal vez por todo el vino que había tomado o por la situación en la que me encontraba, pero ya no podía razonar bien.
Así que volteé y lo besé con fuerza, aún tenía mis brazos aprisionados, y no me di cuenta de que algunas lágrimas se comenzaban a deslizar por mis mejillas.
-Por favor... -susurré luego de separarme para tomar aire, a centímetros de su boca y mirándolo a los ojos- no dejes que me arrepienta...
Era débil, pero no pensaría más ello.

El silencio que reinaba era muy incomodo, ninguno hablaba, Ita-chan evadía mi mirada y yo la buscaba impaciente. Aquello era realmente insoportable, comenzaba a desesperarme, sentía que ya habían pasado varios minutos y la tensión me estaba matando.
No pude soportarlo más. Abrí la boca para volver hablar y terminar con aquella tortura, pero antes de que pudiera decir nada Ita-chan se giro y me besó. Atónito y confundido por su reacción mi mente dejo de funcionar y mi cuerpo se concentro en responder su beso.
Todo paso demasiado rápido, había olvidado por completo cómo me sentía hace tan solo unos segundos.
Sonreí. Limpie las lágrimas que resbalaban por sus mejillas al mismo tiempo que retiraba el pelo de su frente.-no lo haré… -dije mirándolo a los ojos mientras limpiaba el rastro que habían dejado sus lagrimas.
Lo tome por los brazos, lo besé de nuevo y lentamente lo recosté de nuevo en la cama - no te preocupes ya por nada…-susurre- te juro que no te arrepentirás…-acaricie su rostro lentamente con mi mano y bese su frente. Estaba nervioso, me preocupaba no poder cumplir con lo que decía… solo quería hacerlo feliz sin importar lo que me costara.

Me besó en la frente y sentí un escalofrío recorriéndome la espalda. Asentí con la cabeza, un tanto nervioso, a pesar de que ya no pensaba bien.
Abrí la boca para decir algo, pero no dije nada. En vez de eso me encogí en la cama, con el corazón martilleandome en el pecho. Confiaba en él, de eso no había duda, de lo que había duda era de si era eso suficiente.
"Ya no pienses más en cosas así" pensé, "todo va a terminar bien..."
Era excusas baratas, pero en ese momento no me importó, me aferré a ellas porque necesitaba aferrarme de algo aunque no fuera lo suficientemente firme para sostenerme.
-De acuerdo... -le dije en un susurro- te creo...

Por un momento sentí como Italia temblaba levemente y se encogía entre mis brazos, tratando de ocultarse.
Estaba claro, el chico tenía miedo. Tal vez temiese por las consecuencias que esto provocase en el futuro, Tal vez estaba asustado por lo que pasaría esta noche o quizá tuviese miedo de mí.
Cualquiera que fuese la razón que lo asustara la verdad no importaba, ya que él probablemente no me la diría. Pero yo quería cambiar eso, quería que se sintiese seguro a mi lado, que se olvidase de todo lo que lo atormentaba; quería hacerlo sonreír al estar a su lado y que confiase en mí.
Lo estreche contra mi pecho tratando de calmarlo. Mi mirada se perdió en la oscuridad de la habitación y un pensamiento amargo paso por mi mente en ese momento “quizá Ita-chan estaría más feliz junto a mi hermano…” sentí una ira contra mi hermano que me quemaba por dentro. Apreté los dientes con tanta fuerza que empezaba a hacerme daño, No podía evitar pensar en cosas como esa. pero no, no dejaria que ludwig arruinara esta noche.
mire a ita-chan a los ojos y note que aun lucia algo intranquilo. sonrei divertido, algo en él siempre me ponia feliz. lo bese lentamente, esta vez explorando hasta el mas minimo detalle. aun cuando me falto el aire no me queria separar de él, pero no sabia si Ita-chan deseaba continuar, por eso rompi lo que hubese deseado que fuese eterno. Insatisfecho mordi su labio inferior y lentamente bese su cuello, recorriendolo lentamente hasta llegar a sus hombro, trantando de grabar cada centimetro de el en mi mente.
-no te decepcionare Feliciano lo juro...- susurre en su oido al tiempo que acariciaba su cabello. apenas me escuche hablar, debido al aire que ya me faltaba.

El contacto de Prussia me hizo sentir escalofríos, sin embargo no hice nada para alejarme de él. Me sonrojé totalmente, y apenas nos separamos para tomar algo de aire, me mordió el labio inferior.
Mientras sus labios bajaban por mi piel hasta llegar a mis hombros, me sonrojé totalmente y traté de mirar a otro lado, aferrando con fuerza las sábanas de la cama donde estábamos.
-No te decepcionaré Feliciano lo juro... -me susurró en el oído, y asentí distraídamente con la cabeza.
Era todo lo que necesitaba.
Entonces lo empujé contra la cama, colocándome encima de el, acerqué mi rostro al suyo y lo besé con fuerza, aunque fue sólo un beso corto.
-Demuestralo, entonces -le dije sin dejar de mirarlo a los ojos, aun con el sonrojo en mi rostro y un extraño consquilleo recorriendo mi cuerpo. No podía creer que en verdad estuviera diciendo esas palabras, fue un impulso nada más, como todo esto.

Estaba demasiado aturdido por lo que sucedió, que tarde un poco en asimilarlo todo… es decir fue tan rápido que me costaba organizarlo, Feliciano embistiéndome contra la cama al tiempo que me aprisionaba y me besaba; todo eso paso en menos de un parpadeo para mí.
Su mirada hacia que mi respiración me fallara y no sé si era miedo o emoción lo que sentía, pero fuera lo fuera hacia que mi corazón palpitara desenfrenado.
Al escuchar sus palabras mi corazón se acelero aun más y mi cuerpo ardió en un extraño instinto.
Le devolví el beso con más fuerza, obligándolo a cambiar papeles lo puse contra la cama y me coloque sobre él. Siendo él ahora mi prisionero, sonreí divertido.- kesesesese ¿Cuántas veces tengo que repetírtelo? ¡No te decepcionare…!- acerque mi rostro al de él, sin perder de vista aquellos ojos color miel y ahogue mis palabras lentamente en sus labios mientras lo besaba.
Me despegue de él y recorrí su pequeña figura, que se escondía bajo algunas sabana, con mi mirada.
Me deshice de las estupidas sabanas que se interponían en mi camino y contemple su cuerpo desnudo en la oscuridad.
Estaba muy impaciente, por lo que devore su cuerpo desnudo con mí mirada lo más rápido que pude. No podía esperar más, el era simplemente… ”Más” de lo que jamás hubiese imaginado. Ver la piel blanca de su cuerpo entero, saber que sería solo mío, despertaba en mí un deseo incontrolable de poseerlo, una sed y un hambre de él que estaba impaciente por saciar… pero sobre todo un deseo de fundirme con él y nunca más separarme.
Acaricie su cabello y su rostro con mi mano… mi mente estaba intoxicada por el deseo y la lujuria y mi sangre ardía por aquel chico…

Sonreí ante lo que me respondió.
-S-sólo una vez más... -murmuré entre besos y acariciando su pecho.
Ahora yo estaba debajo de él, después de besarnos un par de veces más y arrebatar la sábana. Por algún motivo sentí vergüenza al haberme hecho eso y dejarme desnudo bajo él. Una parte de mí se sentía débil y expuesta. Pero traté de nuevo de alejar esos sentimientos para dejarles paso a otros, mandándolos a donde estaban la culpa y el sentido común.
Me acarició el rostro y el cabello con cierta, pero necesitaba algo más que eso pronto. Así que de nuevo rodeé su cuello con mis brazos y lo atraje hacia mi, para tenerlo más cerca.
Por accidente entre las caricias algo tocó mi rulito en el cabello, e inebitablemente solté un gemido que me hizo enrojecer de vergüenza, haciendo que dejara de besarle y dirigiera mi mirada hacia otro lado, totalmente sonrojado. Sin embargo, era muy tarde para que pudiera detenerme, y los dos sabíamos eso.
Dirigí mi mano hacia su pantalón y bajé torpemente el cierre, con mis manos temblorosas por todo lo que estaba sucediendo, y por lo difícil de la posición.