xx/xx/xx algo que nunca olvidare... [R-18]

Las palabras sonaron distantes y se perdían en mi mente como si estuviese despertando de un sueño. Después de confirmar lo que tanto temía deje de escuchar lo que ita-chan decía, solté al chico y aparte la mirada. Me sentía vacio… “ita-chan está enamorado de Ludwig no de ti… ¡Ya no seas dramático sabias que el sentía algo por él!... cambia esa cara y muéstrale que estas feliz por ellos…” intente hacerme caso pero fue inútil.
¡Ludwig! ¡Ludwig! ¡Ludwig! El nombre de mi hermano resonaba una y otra vez en mi cabeza, volviendo me loco. Estaba triste y furioso conmigo mismo por que ita-chan no podía ser mío. Deseaba que ese chico fuese mío, me gustaba de verdad y no podía concebir perderlo… mordí mi labio inferior y apreté los puños con fuerza, tomaría a ita-chan y lo haría a mío…
Estaba a punto de abalanzarme sobre él cuando lo mire y vi el rastro que habían dejado las lágrimas en su rostro. Me detuve en seco dándome cuenta de lo egoísta que estaba siendo. Lo mire fijamente a los ojos, ya lo había hecho llorar muchas veces este día, odiaba verlo asi.
-kesesese entonces creo que es todo… no hay forma de que le gane Ludwig…- dije fingiendo que no me afectaba. Limpie con mis manos las ultimas lagrimas de ita-chan y cambie de tema – ¿no cocinabas algo ita-chan? – pregunte mirando a otro lado. No quería que me viera en ese momento.

-Si no es una competencia... -murmuré al escuchar sus palabras sobre Ludwig. Sabía que estaba fingiendo pero no quería darle más vueltas al asunto, no tenía caso. Haría lo que hago siempre: huir y olvidarlo. Sé que soy un egoísta, pero... en verdad creo que es lo mejor. Aunque no pensara que Prussia era malo o no se podía comparar con su hermano, es que Alemania y yo éramos... ¿más cercanos?
-Sí, preparé algo de pasta... -dije sonriendo falsamente. Aghh, me odiaba por sonreír de esa forma cuando Prussia que estaba frente a mí también fingía, eramos tan falsos los dos. Aunque el me evitaba la mirada y yo no hacía nada por buscarla, lo sabía- Pero... ¿Si tienes hambre? No es... no es obligatorio comer... aunque luego... luego... podemos ir a dormir, aunque sea temprano...
No creía que tuviéramos ánimos para hacer otra cosa, se me revolvió el estómago con sólo pensar en cómo sobreviviría a la noche. Bueno, eso ya lo solucionaría más tarde. Esta visita no estaba resultando para nada como lo había planeado en un principio, para nada...
Me llevé una mano a la mejilla que él me había tocado para limpiarme las lágrimas sin apenas darme cuenta de ello.

Sentía que entre más avanzaba el día más se molestaba ita-chan, “soy pésimo para estas cosas” pensé; me frustraba porque parecía que todo lo que hacía solo empeoraba mas las cosas.
-¡Bien comamos algo de tu pasta!- dije mirándolo de reojo con el poco entusiasmo que traía. Aún estaba triste pero no quería arruinar más las cosas, si es que se podían poner aun peor, solo quería que las cosas mejoraran y para eso estaba dispuesto a todo. – vamos ita-chan cambia esa cara y olvidemos esto ¿si?...- lo que dije había sonado muy estúpido, pero ya no sabia que decir para contentarlo, ¿olvidarlo? Algo como eso no se olvida tan fácilmente y menos solo con pedírselo a alguien.
No me gustaba verlo triste, y ya no sabía que hacer, suspire cansado – ya no te preocupes por eso Ita-chan siento haberte hecho sentir mal… ven vamos a comer – le dije y me encamine con el a la cocina. Rogaba por que todo saliese bien al final.

Caminamos, yo detrás de él, hacia la cocina. Tuve en más de una ocasión el impulso de abrazarlo por la espalda y decirle que yo también le amaba, el recuerdo del beso me golpeaba en la memoria. No había estado tan mal, ¿cierto? Incluso se lo había... se lo había respondido, y hubiera continuado, pero... ¡Pero yo amaba a Alemania! ¿Cierto? Y si correspondía a Prussia, ¿Eso en qué clase de persona me convertía?
-Umm... ponte cómodo -dije apenas consciente de ello una vez entramos a la cocina, demasiado absorto en mis pensamientos-. Y-yo serviré...
Tomé dos copas y le serví vino a Prussia, después de todo seguía siendo mi invitado y debía tratarlo como tal. Luego me volví y tomé los platos...
"No hagas una estupidez... tú amas a Alemania... ¿Pero entonces por qué le correspondí?... Un impulso, tal vez..."
Volví a la realidad al sobresaltarme por el sonido de los platos rompiéndose contra el suelo.

Intente decirle a ita-chan que yo quería ayudarle pero se me trabo la lengua y al final no pude decir nada. Resignado me senté en una de las sillas junto a la mesa, cruce los brazos y deje caer mi cabeza hacia atrás, estaba en un gran problema ¿Cómo podía hacer que las cosas mejoraran si seguía actuando así? Es decir ni si quiera podía contestarle rápido de tan nerviosos que me ponía.
–ahhh esto es muy difícil …- suspire rascándome la cabeza con una mano. Apoye mi codo en la mesa y recargue mi barbilla sobre mi mano ¿Qué tenía West que no tuviese yo? ¿Qué era lo que a ita-chan tanto le gustaba de él? Bueno Ita-chan era amigo de Alemania desde antes de que yo le hablase… además Alemania a cuidado y defendido a ita-chan todo este tiempo, cosa que yo no eh hecho ¿a quién intentaba engañar? No tenía ninguna oportunidad con ita-chan, por eso lo único que quería era conservar mi amistad con él, si es que aún se podía conservar algo…
De repente escuche que algo se había roto. Me levante de la silla y entre en la cocina.- ¿ita-chan que paso? ¿Estás bien?- pregunte al entrar, mirando alrededor. El chico estaba hincado recogiendo los pedazos de lo que parecían haber sido platos. – déjalo yo lo recojo…- le dije hincándome junto a él para recoger los pedazos que faltaban. Tire los platos rotos a la basura, sin darme cuenta de que me había cortado con uno de los pedazos y que mi mano sangraba, me volví hacia a ita-chan– déjame ayudarte… no me gusta estar esperando – dije mirándolo a los ojos con una sonrisa como para justificarme.

Asentí con la cabeza, pero no me moví porque no comprendí exactamente sus palabras. Maldición, tenía que hacerlo ya, pasé de sus ojos rojos a sus labios y de nuevo a sus ojos, que estaban clavados con los míos. No pude sino tragar saliva con nerviosismo (algo extraño en mí).
Me acerqué a él, tal vez sólo por esta ocasión... Si no lo hacía ahora, probablemente no estaría tranquilo y esta... sensación que palpitaba en mi pecho, y que seguramente lo haría mientras recordara ese beso, no se iría. Todos los motivos por los cuales no debía hacerlo se fueron. Ya pensaría en las consecuencias después.
Sólo por hoy. ¿Está bien, verdad?
Me acerqué y lo tomé de las manos, cuando me di cuenta que una de ellas estaba... ¿mojada? Bajé la mirada y vi el charco de sangre que se había formado en el suelo, bajo nosotros.
-¡Waaaah Prussia! -grité soltándolo y mirando mi propia mano manchada de su sangre-, ¡Te cortaste, sangre, sangre! ¡Ayudaaaa!

Ita-chan comenzó a gritar aterrado. Desorientado y asustado por su reacción me aparte a un lado tratando de entender que sucedía. No entendía que estaba pasando, hace dos segundos le pedí a ita-chan que me dejase ayudarle a terminar de servir la cena, él asintió y se acercó tomándome de las manos, intente descifrar que era lo que hacía cuando empezó a gritar como si hubiese visto a un muerto.
Iba a pedirle que se tranquilizara cuando sentí una punzada de dolor en la mano, al mirarla descubrí que estaba completamente ensangrentada. De inmediato los gritos de ita-chan cobraron sentido para mí, suspire aliviado… pensé que había hecho algo malo y que había metido la pata una vez más.
-Ita-chan cálmate es solo un rasguño- le dije para que se tranquilizara pero creo que no me escuchaba. Me dirigí al lavabo abrí la llave y con u poco de jabón para platos me lave la mano, que me ardió más de lo esperaba.- mira vez no pasó nada- le dije mostrándole mi mano, que sangraba levemente pero no tanto como antes, para ver si así si se tranquilizaba.

-Ok... -dije, aún un poco impresionado. Odio la sangre, odio las heridas.
Después de eso acomodé la mesa, aún temblando un poquito y serví finalmente. Para entonces ya tenía hambre, demasiada hambre. Es como si siempre hubiera estado ahí pero hasta entonecs fuera consciente de ello.
-Espero que te guste Prussia -dije y comencé a comer. Apenas la probé me sentí feliz y mis problemas se esfumaron, hasta en este estado podía preparar pasta decentemente. Amo la pasta. Y espero que Prussia la ame también.

Me senté y observe el plato de lleno de pasta, sentí una punzada en el estomago, la verdad no me sentía con ganas de nada y eso incluía comer. Observe a ita-chan, se veía muy feliz comiendo pasta, debía de tener mucha hambre.
mire mi plato y volvi a sentir la punzada de dolor “vamos Gilbert tu puedes es un plato de pasta…” tome el tenedor que estaba junto a mi plato, lo envolví de pasta y me lo lleve a la boca.
Al saborear la pasta sentí un hambre incontrolable, no me había dado cuenta de lo hambriento que estaba. Comí tan rápido como pude, la pasta de ita-chan estaba deliciosa y yo estaba muriéndome de hambre, definitivamente su comida sabia mejor que las aburridas patatas de Ludwig ¿puede que fuese aun mejor que la cerveza? “kesesese podría ser” termine mi plato, la verdad aun estaba algo hambriento y quería mas pero decidí no molestar a ita-chan. –estuvo delicioso!! cocinas mejor que West Ita-chan!!- le dije mientras me bebía lo que quedaba de vino, me olvide por completo lo que había pasado.

-Las salchicas saben mal ve~ -dije como único comentario sonriendo. Me serví más vino no sé cuantas veces, hasta que la botella estuvo vacía. Y así con al menos dos más.
-¡Ups, hehe, creo que... necesitamos mas vino! -dije poniéndome de pie de un salto y tirando la silla por accidente- ¡iré por él!
Tenía una bodega con vino en el sótano, así que slaía de la cocina y me dirigí allá. Tenía una sonrisa estúpida en la cara y un sonrojo por ningún motivo. Bleh, de repente todo parecía tan lejano y sin importancia. ¿Qué más daba si el hermano de Alemania se me había declarado y nos habíamos besado y después cenado con total naturalidad? ¡Perfectamente normal!
Llegué a la puerta que daba al sótano, prendí la luz y comencé a bajar por las escaleras.

Ita-chan se levanto de un salto y se fue por algún pasillo dejándome solo en la cocina. El dia había sido un total desastre ¡un desastre típico que solo me pasaba a mí! Pero ni modo lo hecho, hecho estaba y no podía cambiarlo solo porque si. Suspire cansado, recosté mi cabeza sobre la mesa y me puse a jugar con mi plato de pasta ya vacio.
-si las salchichas apestan…-dije sonriendo mientras escribía el nombre de Ita-chan con un tenedor. Me incorpore y me bebí el poco vino que me alcance a servir antes de que Ita-chan se acabara la botella -ahhhh pero definitivamente la cerveza sabe mejor que esto….
Desesperado porque ita-chan no volvía, me levante de mi silla y decidí ir a buscarlo, tropezando con mis pies cada tres pasos y estando a punto de caer innumerables veces me perdí en los pasillos.- maldición ¿Dónde estoy?

Subí con la botella y fui a la cocina, pero cuando entré Prussia no estaba. Dejé el vino sobre la mesa y me fijé en que había escrito mi nombre en su plato, por algún motivo eso me hizo feliz y me sonrojé un poco.
En fin, ¿dónde estaría? buscándome seguro, pero ahora tendría que buscarlo yo a él. Caminé por los pasillos y finalmente lo escuché tropezándose con algo.
-Maldición ¿Dónde estoy? -escuché que dijo y me acerqué hacia él de espaldas, tratando de no hacer ruido pero me tropecé antes de poder llegar a él y caí al suelo a sus espaldas.
-¡Auu! -increíblemente en vez de llorar me eché a reír, tanto vino tenía que tener cierto efecto.

Un fuerte ruido me sobresalto y provoco que callera de sentón. –ahhh!! ¿¿Que demo…??- exclame y gire sobre mí para ver que se había caído, ya que seguramente tire algo mientras caminaba a trompicones.
Esperaba ver alguna pintura o un jarrón roto pero en vez de eso encontré a Italia tirado en el suelo riéndose como loco. -¿Qué pretendías hacer matarme de un susto? y !¿que estan gracioso?!- me levante y ayude a que Italia se pusiera de pie, lo que fue una gran hazaña estando tan borracho ¡no puedo creer que solo con ese vino me estuviese tambaleando!
-¿kesesesese encontraste más vino?- le pregunte mientras lo tomaba de la mano y de la cadera para que se levantara. Me meteré en mas problemas pero no me importaba nada en ese momento,

-¿kesesesese encontraste más vino?- Me preguntó y luego me tomó de la cadera y de la mano para levantarme, y mi risa se detuvo abruptamente, dándome tiempo sólo a sonrojarme.
-¿Vino? ¡Sí, claro! -dije de pronto recordando que lo había dejado en la cocina, pero estaba tan lejos- Ve~
Comencé a caminar hacia la cocina tomando su mano para que no nos separarámos otra vez, aunque mi casa ni siquiera era tan grande, y la mayoría de las habtiaciones no las ocupaba casi nunca, y tenían cosas muy antiguas y olvidadas.
-Por cierto, ¿qué hacias allá? -le pregunté sonriendo mientras llegábamos y abría la botella para servirnos a ambos- ¡Te dije que me esperaras aquí!
No es que me molestara, de hehco estaba todo menos molesto.

-puf tardabas demasiado y me aburrí aquí solo por eso fui a buscarte- me excuse y Tome la copa de vino que ita-chan me sirvió “tal vez no debería seguir tomando…” pensé, pero deseche la idea tan rápido como llego.
Aupé la copa de vino vaciándola de un trago.-Ita-chan hagamos algo divertido mmmm pero conservemos el vino.- dije acercándomele un poco- me encanta tu vino pero espera a probar mi cerveza te encantara es lo mejor que hay- le dije mientras me servía otra copa de vino.
Mire de reojo la mesa donde habíamos cenado, me atragante y empecé a toser cuando vi que sobre ella aun estaba el plato donde había escrito el nombre de Ita-chan. Senti como la cara me empezaba a arder, tal vez no lo halla visto, mire de reojo a ita-chan, bueno y si lo hizo que importa.

-¿Pasó algo? -le dije, de repente se había puesto rojo y había comenzado a toser. ¿Tal vez se había atragantado?- ¡Ten cuidado!
Me miró de reojo totalmente rojo y yo me dirigí al él dándole palmadas en la espalda como había visto en la televisión.
-No bebas muy rápido... -murmuré estúpidamente una vez que se le hubo calmado la tos. Estaba bastante cerca de él con una mano apollada en su hombro. Luego le sonreí.
-Ve~ tal vez... cuando vaya a tu casa, si es que quieres... podemos tomar de esa cerveza... -dije pensando que debía saber bien (obviamente no mejor que mi vino), para que Alemania y Prussia la bebieran tanto, luego mi mirada se dirigió hacia el plato con mi nombre y agregué sin pensar en mis palabras como siempre antes de decirlas-: Por cierto, eso fue lindo, eres lindo, Prussia. Y... ¿Cómo qué cosa divertida te gustaría hacer ahora?
Tal vez no esté bien, pero me pregunté si alguna vez Alemania habría escrito mi nombre en un lugar, como yo tantas veces había escrito el suyo junto al mío. Pero alejé esos pensamientos rápidamente, no quería que me molestaran ahora.

Al escucharlo sentí que el corazón se me detenía y como un hueco se formaba en mi estomago y poco a poco se transformaba en nauseas. Bien al parecer si se dio cuenta que escribí su nombre en el plato, en ese momento me sentí estúpido y avergonzado por haberlo hecho y mas porque él lo vio.
Aunque había dicho que “fue lindo”, me avergonzaba pensar que lo que hice solo mostraba lo desesperado que estaba por él… y él lo vio. Lo miraba fijamente a los ojos, no sabía que decir mi cerebro no procesaba nada por culpa de lo que dijo y por todo el vino que había bebido, en lo único que podía pensar era que tal vez en ese momento tuviese un color rojo tomate, que no era por estar tan borracho, o tal vez estaba pálido, claro si es que mi piel se pudiese poner aun mas blanca. Poco a poco me perdí en su mirada y el vino hacia su efecto de nuevo.
-vamos algún otro lugar la cocina es divertida solo cuando tu cocinas pasta o cuando West no cocina papas… ¿tienes alguna película awesome como yo que te guste?- le dije, una vez que mi cerebro volvió a funcionar, pegando mi frente con la suya y sonriendo divertido.-¿Qué tal algo de terror Italiano?

Puso su frente contra la mía, estábamos demasiado cerca uno del otro, pero no me sentía incómodo en absoluto. Él me sonreía de una forma algo burlona que me hizo sonrojarme.
-¿Terror? ¿Q-Quiéres ver algo de... terror? -pregunté nervioso mordiendo mis labios y mirando hacia otro lado- ¿S-seguro? ¿Y si no puedes dormir después?
Bueno, eso era algo que me pasaba seguido, veía una película que luego no me dejaba cerrar los ojos ni un momento porque algo podría saltar desde bajo mi cama o el armario o arañar la ventana con sus garras. Uno nunca sabe.
-P-pues veamos que hay... -dije, tomando su mano para que me acompañara a la sala, luego no pude guardarlo más y lo solté-: ¡Pero me va a dar mucho miedo, Prusia! Especialmente cuando tengamos que dormir...

-¡vamos Ita-chan será divertido! No te preocupes Ore-sama esta aquí y no dejara que nada te pase- dije abrasándolo con un brazo y con el otro apunte hacia el cielo sonriendo de oreja a oreja. –vamos esto será grandioso.- tome a ita-chan de la mano y lo obligue a que me llevara a la sala.
-veamos la película que mas terrorífica que tengas- dije una vez que llegamos a la sala. me puse examinar las películas que tenia regadas en el suelo arrojando a los lados las películas que iba descartando. Había muchas películas extrañas, a la mayoría no les entendía por qué no entendía muy bien el italiano, deje las películas en el suelo y me limite a esperar a ita-chan. Me senté en el sillón, me pregunto qué clase de películas vera Ita-chan.

Me puse de rodillas frente al montón de películas buscando algo.
-Prussia... -murmuré- No encuentro nada...
Era verdad, yo no tenía películas de terror, no era precisamente mi género favorito, pero vamos, algo tendría que estar escondido por ahí.
-¡Oh, mira! -dije habiendo encontrado algo, tomé la caja del dvd y salté hacia el sillón con Prussia, sentándome a su lado y extentiéndole la película, que se llamaba Una Farfalla con le ali insanguinate-, antes en Italia hacíamos buenas películas de terror... Significa Una mariposa con las alas ensangrentadas. Es un poco antigua pero...
Me encongí de hombros como dándole a entender "es lo que hay". Estaba un poco nervioso, no me gusta ver películas de terror, y menos cuando llega la hora de dormir después.
-¿Está bien?

Tome la película y la examine, como no sabía leer en italiano me salte todo el texto y me enfoque en las imágenes ósea solo en la portada que tenía una mariposa roja posada sobre un cráneo humano. Pensé que tal vez trataba de un esqueleto asesino o algo por el estilo pero deseche la idea cuando Feliciano me tradujo el titulo, lo malo fue que me confundió más.
-si es de terror veámosla –le respondí y le devolví la película. El nombre de la película no se oía mal, aunque seguía sin poder imaginarme de que trataba, bueno no creo que sea una cosa extraña y sin sentido como las películas de América o Japón; Tomates y conejos asesinos o dinosaurios gigantes que salen del mar eran lo único que se les ocurría.
-espera un segundo…- me levante del sillón tambaleándome por los efectos del vino y me encamine hacia la cocina. Instantes después volví con la botella de vino medio vacía y las dos copas que dejamos en la mesa, antes de sentarme me devolví y apague la luz de la sala. Me senté junto a ita-chan y coloque la botella y las copas en lo que parecía ser una pequeña mesa enterrada por un montón de cosas- ahora si ya estamos listos.

-Prussia, ¿estás bien? -pregunté después de verlo tambalearse- tal vez deberías dejar de beber...
Sin embargo contradecí mis palabras al beber otra copa de vino, aunque aparentemente estoy más acostumbrado a él que Prussia.
Puse la película y me regresé al sillón, acomodándome en un esquina. Entonces ocurrió una escena que me hizo saltar y me lanzé sobre él, ocultando mi rostro en su pecho y temblando, a pesar de que la película no llevaba ni diez minutos. Dejé caer la copa de vino que se rompió en el suelo, pero no me importó.
-Ve~ lo siento... -murmuré aferrándome más a él-, p-pero...
Traté de mirar otra vez a la pantalla, pero me devolví de nuevo, estaba muy asustado de lo que pudiera salir.
-¡Prussia protégeme! -grité-, ¡¡Tengo miedo!!

La película resulto tratar sobre el extraño asesinato de una chica, no era algo extraordinario o de otro mundo pero si estaba mucho mejor que otras cosas que eh visto tenía que admitirlo.
Me lleve mi copa de vino a la boca pero el vino término derramándose encima de mi cara cuando Feliciano se lanzo sobre mí presionando su cabeza contra mi pecho, aunque la película no era tan sanguinaria como yo esperaba creo que fue suficiente para asustar a Ita-chan.
-kesesese tranquilo Ita-chan ya te dije que no dejare que nada te pase- le revolví el cabello y lo mire sonriendo. Había dejado de ponerle atención a la película, sabía que mira cara estaba roja como tomate y chorreando de vino pero no me importaba gracias a la poderosa magia del vino.- ya deja de temblar…- lo despegue de mi yo levante de la barbilla para poder verlo bien.

-¡Ups, perdón! -dije al ver que había hecho que derramara el vino sobre su rostro.
Me tomó de la barbilla y me la levantó. Me quedé quieto, y un poco nervioso, porque Prussia estaba raro, tenía el rostro completamente rojo. A lo mejor se había enfermado o algo así.
-¿Estás bien...? -pregunté mientras colocaba mi mano en su frente, aunque en realidad no sabía como medir la temperatura para saber si alguien estaba enfermo o no-, Si te sientes mal.. podemos ir a dormir ya.
En ese momento escuché como la lluvia comenzaba a golpear contra el techo, me gusta que llueva siempre y cuando no se haga una tormenta.
En fin, miré a Prussia a los ojos esperando una respuesta.

-ahhh no te preocupes me gusta beber así- le dije mientras me limpiaba un poco la cara con la mano.
Senti la mano de Ita-chan sobre mi frente, lo mire confundido y divertido por aquel gesto tan extraño.-si estoy bien, estoy bien- lo tome de la mano y la aparte de mi frente sin soltarla.- no hay nada en este mundo que pueda conmigo.- fanfarronee, tal vez muchos creían que era demasiado egocéntrico, a veces creía que era cierto, pero pienso que ellos exageraban demasiado, aunque en este momento ya estaba rendido ante ita-chan…
-¿ya te quieres ir a dormir tan temprano? Pareces un anciano.- le sonreí. Me levante tome el control remoto y apague la tele. Me volví a ita-chan y lo ale lentamente de las manos-bueno vamos a dormir – le dije, en ese momento me percate de que estaba lloviendo.