Chocolate en la lluvia (Lili)

Hoy era día libre, así que me di la oportunidad de levantarme más tarde... no tan tarde como Antonio, pero al menos ya no tenía que lidiar con los habituales bostezos de la mañana. Era raro, pero habían corrientes de aire en el cuarto, abrí un poco la cortina y afuera estaba lloviendo, estaba acostumbrado a eso, entré al baño y luego de arreglarme, salí un rato para pasar a comer algo.

Todo el instituto estaba tranquilo, ya sea por la hora, la lluvia o porque no teníamos clases, pero era relajante no tener que lidiar con todos gritando al mismo tiempo y haciendo bromas pesadas. Mientras recorría el pasillo de los dormitorios, noté cierta habitación, ahí estaba Lili y su compañero de cuarto. No tenía la intención de molestarlos tan temprano, sin embargo, quería hacer algo con mi hermanita después de varios días sin verla, tomé uno de mis cuadernos y arranqué una hoja, escribí rápido en donde iba a estar por si quería acompañarme, pasé la nota por debajo de la puerta y me fuí.

Minutos más tarde, me encontraba en la cafetería, como era costumbre, nadie estaba por ahí, salvo unos señores que limpiaban el lugar y las cocineras, solo pedí un chocolate caliente y me senté, viendo la ventana.

La lluvia seguía, hasta cierto punto era bueno, los árboles y el pasto se veían verdes, me recordaba mucho al lago donde Lili y yo pasabamos el rato cuando éramos más pequeños. Tomé un sorbo del chocolate, todavía esperando, fueron tan solo unos minutos, ya que algo me cubría la vista, de no ser porque ya sabía de quien se trataba, era probable que le hubiese dado un codazo en el estómago por puro reflejo, no pude evitar sonreír.

-Veamos... ¿Quién podría ser?- Fingí pensarmelo- ¿Lili?- Adoraba cuando jugaba así, me traía muy buenos recuerdos.

-Lo siento, pero ya han empezado a dejar tarea y realmente tengo que seguir moviendo mis cosas por la recámara, pero no te preocupes, nos veremos más seguido cuando todo se vuelva estable- Lili se veía extremadamente adorable haciendo pucheros, creo que era una de las únicas cosas que me dejaban K.O. o que bajaban mis defensas.

Antes de que me diera cuenta, ella le había robado un sorbo al chocolate, no pude hacer más reír un poco, lo adoraba y era de esperarse que hiciera eso. Cuando la escuché, la tomé de la mano rápidamente.

-No te preocupes por eso... te había pedido una taza, pero no quería que se enfriara, yo te la traigo- Me dirigí a la cocinera y esta gustosa me entregó la taza junto con un plato lleno de pan dulce. Lo dejé encima de la mesa. -Toma, por si quieres comer de una vez-

-Por nada- Que bueno que le había gustado el pan, en lo personal, no era de mucho comer, pero no pude rechazar la oferta de Lili, le di un mordisco, realmente tenía buen sabor. -No sabe nada mal... pero no voy a dejar que solo comas eso ¿Qué quieres desayunar?- La lluvia golpeaba la ventana suavemente, parecía que iba a permanecer por un buen rato más, yo estaba conforme con mi habitual chamarra y mi camisa de manga larga.

La cafetería aún estaba muy sola, solo uno que otro alumno que tomaba algo rápido y se iba, seguramente a hacer ejercicio, con el clima, lo único que iban lograr era enfermarse o quedar hechos pomada con el agua que había en los pasillos.

Reí cuando su estómago le delató, se veía muy adorable cuando se sonrojaba por cosas tan pequeñas y sin importancia. Tímidamente me respondió, hot cakes, ningún problema, fui nuevamente con la cocinera, ella aceptó con una gran sonrisa y desapareció detrás de la barra, regresé para sentarme en donde mismo.

-No se va a tardar mucho... Y dime, ¿Qué tal las clases?- Le di otro sorbo a mi chocolate, todo sin despegar la vista de Lili, quien se veía muy bonita con su atuendo de invierno.

-Cuidado con el chocolate- Dije cuando sacó la lengua... La verdad es que si estaba casi hirviendo, escuché lo que dijo ante mi pregunta-Sí, puedo imaginarme... es solo el comienzo, disfruta el año escolar Lili, pasa demasiado rápido- Su cara cambió, de aparente alegría e infantilismo, fue a la seriedad, solo usaba ese rostro cuando quería decirme algo importante o reprocharme. Había mencionado sobre el clima, probablemente recalcaba mi vestimenta.

-No te preocupes Lili, no siento frío... y no espero salir demasiado, pero si te tranquiliza después de desayunar voy a ponerme algo más abrigador ¿Te parece?- Sonreí con el intento de tranquilizarle, no me gustaba cuando se preocupaba.

Suspiré, era normal que Lili quisiera estar segura de que cumpliría mi palabra, había razones; más desde aquella vez que no pude levantarme de la cama por casi una semana y media, y sobre mi propia salud y bienestar, Lili quedaba acabada entre los deberes y el cuidarme. No creo que haya forma de agradecerlo todo lo que hizo por mí en esas ocasiones.

-Esta bien, pero cuida tus ojos, Antonio lleva un rato sin limpiar su parte de la habitación, probablemente siga dormido hasta el medio día- Pude notar que no despegaba la vista de la ventana, la lluvia se había tranquilizado un poco. Su mirada fue lo que más llamó mi atención, quería salir seguramente, aunque fuera un rato. -Después de desayunar y que busque la ropa ¿Te gustaría dar una vuelta por ahí?- Sonreí, intentando animarla.

-Igualmente, sabes que prefiero los lugares abiertos- Servía esperar, tal vez la lluvia cesara, aunque sea un poco más.

Era muy rápida, quise ir por su plato pero se me adelantó, ya no podía hacer nada, no tenía la intención de hacer una discusión por una cosa tan insignificante, mucho menos cuando por fin teníamos el tiempo para disfrutar de nuestras respectivas compañias. Regresó y nuevamente con aspecto apenado, me preguntó si quería algo de su plato.

-No tengo hambre, come lo que puedas, sino, yo te ayudo- No me molestaba para nada hacer eso, claro, solo con ella, no es que yo fuera necesariamente un bote de basura que caminaba.

-Con calma, tenemos todo el día por disfrutar- Ciertamente, cuando estábamos juntos, era difícil mantenernos mucho tiempo en la casa, más al ser niños que ocupaban sacar su energía en distintas actividades, todas ellas diferentes pero con la misma función; pasar bien el rato en compañia del otro.

Me preocupaba que comiera así de rápido. -Lili... tranquila, voy a quedarme contigo hasta que tengamos que irnos a dormir, disfruta al menos un poco más el desayuno- Llevaba la mitad en menos de 3 minutos... eso no era bueno.

-Se nota que quieres salir, antes de que te des cuenta, estaremos afuera- Seguí sonriente... y debía admitirlo, Lili se veía demasiado adorable cuando bostezaba, le hubiera abrazado muy fuerte de no ser porque eso la pondría roja y seguramente me reprocharía por ello, y también añadimos que esta comiendo, y cuando comes rápido, no es agradable ser exprimido por otra persona.

Suspiré, Lili era en ocasiones demasiado tenaz, aunque no es como si lo que pidiera fuera ser una princesa. -Tengo una frazadas extra debajo de la cama... Te las puedo dar luego para que no tengas la necesidad de cargar todo- Yo realmente dormía bien, tanto sin cobija como con kilos de frazadas, sin importar tampoco el clima, era gracioso que yo podía conciliar el sueño fácilmente a diferencia de otros vagos de la escuela.

-No creo ocuparla, de igual forma, puedo pedir una extra en caso de que realmente haga frío, los nórdicos jamás las usan- Tipos muy agradables, si uno llegaba a conocerlos realmente bien, era seguro que se encontrarían con buenos aliados y amigos.

Sin que me diera cuenta, Lili ya había terminado su desayuno, de forma demasiado rápida en mi opinión. -Tranquila, no te agites luego de comer de esa forma, y por nada, sabes que es un placer- Reí, aunque en el fondo realmente no esparaba hacer demasiadas cosas, no hasta que pudiese digerir todo el desayuno, lo último que quería en este día es que se sintiera mal por hacer ejercicio justo cuando terminaba de deayunar todos esos hot-cakes.

-Ok, vayamos a mi habitación entonces- Me levanté, le di los sorbos finales al chocolate y junté la basura.

La señora se despidió de los dos, de paso me dio una cajita cuadrada y envuelta, le pregunté que era, y ella solo respondió con un guiño. Decidí no abrirla y meterla dentro de uno de los bolsillos de la chaqueta, donde apenas quedaba pero con cuidado no podría sarlirse o maltratarse.

-Vayamos a mi habitación, porque sé que no llegaremos lejos si no paso por algo más adecuado para este clima- Me despedí de la cocinera desde lo lejos y comencé a caminar en dirección a los dormitorios. Lili se veía todavía dormida. -¿Acaso no vienes?- Dije en broma le ofrecí la mano para que me acompañara.

-Sí, pero luego de un tiempo estando solo, uno ya no encuentra algo divertido que hacer, por más que varios me desquicien, me agradan lo suficiente y no deseo que les pase algo... demasiado grave- Era difícil pero cierto, de vez en cuando les deseaba cosas malas para que aprendieran la lección, sin embargo, no era TAN cruel como para que algo realmente ocurriera.

-Hablando de otros alumnos ¿Has hecho nuevos amigos?- Yo conocía a varios alumnos, pero el más cercano era Antonio, pues literalmente, vivía con él en la misma habitación. Llegamos al dichoso cuarto, con las llaves abrí la puerta... y todo estaba como lo había dejado. Sin hacer ruido entré y fui directo a mi armario, busqué el abrigo, pero como era demasiado de estilo invierno, tenía la necesidad de quitarme casi todo lo que ya llevaba puesto, eso o que muriera de calor.

Me quité de paso toda la ropa que era del torso hacia arriba, me puse otra playera de manga un poco más corta de color negro y el abrigo verde encima. Me acerqué a ella. -¿Mejor?-