Chocolate en la lluvia (Lili)

-No hay de qué, disfruto de esto- Dije como si fuera lo más obvio del mundo, y en verdad lo era, en pocas ocasiones podía regresarle el favor de ayudarle cuando ocupaba algo, ella me trataba como la gente nunca pensaba hacer... y me dolía por una parte, mi temperamento no podía ser el mejor, pero eso no significaba que fuera un robot sin sentimientos. -Aunque no el que te enfermes, eres igual de delicada que yo con respecto a salud- Era imposible contar todas las veces que permanecimos en cama, ya sea por virus, infecciones o malpasadas, pero a final de todo, disfrutábamos la compañía que cada uno le daba al otro.

Le di un sorbo al té, estaba aún muy caliente pero eso no me molestaba. Copito mostraba mucha confianza a Lili aún cuando lo habíamos "conocido" en menos de 24 horas, mientras que con Lili era muy tranquilo, conmigo se rehusaba a quedarse quieto por más de 10 segundos, era difícil adaptarse a un nuevo medio.

-... ¿Tienes otras cosas que hacer? Puedo ayudarte- Dije luego de un rato.

El día había comenzado de una forma de lo más extraña... pensándolo mejor no lo era, no después de los incidentes de ayer, algo dentro de mi cabeza, tal vez mi conciencia, reía con un tanto de crueldad, diciendo que era probabable que ocurriera más seguido de lo que hubiese imaginado... eso no me hizo sentir mal del todo hasta darme cuenta de lo que realmente estaba cruzando por mis neuronas. Su abrazo me había dejado momentáneamente un corto circuito, pero la abracé de vuelta tan rápido ella lo había hecho.

-Sabes que no tienes que agradecerme, hemos pasado cosas peores- Muchas cosas peores, pero era una ganancia que ahora solo fuera un resfriado y no algo más grave, eso sería una historia bastante diferente. Fue cuando sonó mi celular, era Antonio. Saqué el celular de mi pants y le pedí un momento para separarse a Lili, una vez iba a hacerlo no me di cuenta que nuestras cadenas literalmente se habían enredado, y tampoco estaba consciente de que una vez más, estaba demasiado cerca a Lili. En shock, perdí la atención a la llamada y me rascaba la mejilla, sumamente nervioso.

La voz de Antonio había desaparecido completamente de mi sistema, pues apenas podía procesar la carga que se estaba sometiendo la vergonzosa situación... si ayer había sido extraño, esto parecía ser un clon mutante y realmente deforme que no tenía piedad con ninguno de los dos. No estaba seguro si mis pulmones estaban todavía conectados a mi cuerpo, puesto que respiraba y no sentía el oxígeno llegar a ellos.

La cadena me había jalado hacia Lili más de lo que hubiera deseado, pero alguna parte de mí lo evitó... fue confusa la sensación de vacío en el estómago. Con mis manos, un tanto torpes en ese instante pude desenredar los collares que me habían dejado de parecer tan lindos, vi una marca roja en su cuello una vez pude lograr que se levantara, aunque fuera un poco.

-Demonios... te lastimaste...- Sentí un poco de ardor alrededor del cuello, no le presté atención y seguí examinando cuidadosamente la marca. -Está un poco lacerada, se va a ocupar algo para que no te irrite más- Aparté las manos luego de unos segundos de haber inspeccionado y haber hecho mi "suposición médica", el contacto físico quedaba por demás en estos días.

-Como digas- Seguí sentado en la cama y atendí a la llamada, un tanto al pendiente de lo que fuera a hacer Lili. Antonio preguntaba que porque no había llegado en la noche y en donde estaba, le expliqué únicamente que estaba enfermo y que Lili no había accedido a que regresara a la habitación, por lo tanto estuve bajo su cuidado. Antonio pareció entender y me pidió que mejorara, luego me visitaría. Cerré el celular, ojalá si llegara, podría eliminar la mala racha que teníamos Lili y yo con respecto a asuntos embarazosos... o podía tornarse de cabeza y hacer una humillación frente a él, eso ya era demasiado malo.

Recargué un poco la nuca contra la cabecera de la cama, estaba comenzando a cansarme, física y mentalmente por no entender que rayos ocurría, todo iba tan bien hasta ayer... ¿Sería algo más lo que nos pasaba? Realmente estaba confundido y sentía pánico, pero debía aguantar, al menos por Lili, no iba a hacer un paso en falso para arruinar tantos años de amistad que llevábamos. Llegó con el algodón humedecido en alcohol, esperaba a que eso sirviera.

-Dame eso, tú vas primero, y no voy a aceptar un no por respuesta- Dije de forma tranquila, pero decidida, ya sabía que en este tipo de ocasión era mejor hacer caso antes de que se iniciara una batalla campal.

Sonreí un poco al ver que me cedía el algodón, aunque mis manos se encontraban un tanto torpes y temblorosas pude encontrar la decisión y mi pulso volvió a ser el mismo, solo que tenía cuidado con no lastimarle. Pasaba delicadamente el algodón por su cuello, intentando no olvidarme de algunas secciones, me lamentaba por dentro cada que ella se tensaba por el dolor, pero era necesario, o eso quería creer.

Una vez me giré un poco pude notar que tenía los ojos cerrados, eso no era normal, al menos yo no lo había visto muy seguido, y eso que pasaba casi todo el tiempo con ella, estaba nerviosa en pocas palabras. No entendía porqué, y la sensación de que mi cabeza daba vueltas no estaba ayudando, en el nerviosismo me pasé una mano por el cuello, notando que había quedado una marca de las cadenas, la cuál me ardía en pleno contacto físico. Decidí no darle más vuelta al asunto y anunciar mi retiro.

-Listo... ahora es tu turno- Me senté en una esquina de la cama, moví un poco mi cabello, que a pesar de no ser tan corto, tampoco tenía la misma extensión que la de Lili, ligeramente más largo. Esperé pacientemente a que hiciera lo suyo, mientras yo enfocaba la vista en algún objeto cualquiera, como en el escritorio, el piso, inclusive mis propios pies.

Como me imaginaba, dolía un poco el contacto del alcohol en la herida, pero estaba bien así, mientras no me siguiera molestando más tarde. Estaba tranquilo, perdido entre mis pensamientos, nada novedoso sobre mis pendientes, cosas que debía de arreglar, tareas y otras actividades que deseaba hacer. Todo lo anterior se disipó cuando Lili me sacó a la realidad, había terminado rápido. Me estiré un poco, y procuré no tocarme el cuello para evitarme futuros dolores, después fui a sentarme a su lado.

-Antonio dijo que nos visitaría luego, aunque tal vez no se aparece, nunca falta que se encuentre a alguien más y platique hasta medianoche- Por fortuna nunca me había ocurrido eso a mí, pero otros compañeros de clase mencionaban que era un dolor de cabeza el no poder contar con su asistencia por problemas en el camino, me acosté, viendo el techo mientras usaba las manos como almohada. De repente sentí un pequeño peso que estaba en mi estómago, levanté un poco la cabeza para ver a Copito, quien muy a gusto se encontraba descansando.

-... Menos mal me tiene confianza ahora- El conejo no pareció prestarme atención alguna.

Cerré los ojos mientras la escuchaba, no planeaba dormirme, solo... era para relajarme un rato, la entrada de aire fresco logró que el ambiente se volviera más tranquilo y más cómodo. Escuché atentamente y en efecto, tenía que pedirle a Antonio que mantuviera el asunto de no haber estado en mi habitación fuera y bastante cerrado, no quería que malpensaran de Lili, mucho menos que ganara problemas por estar ayudándome. Lo que hizo que realmente me tensara fue la mención del reclutamiento, deseaba que no lo hubiese mencionado.

Permanecí en silencio, no sabía que decirle... mentira, sabía en qué consistía y en lo que podía hacer, pero la forma de explicarlo se me desvanecía de la boca apenas lograba encontrar las palabras. Suspiré, Copito sintió la tensión y se movía un poco inquieto, decidí tomarlo entre mis manos y sentarme adecuadamente, lo dejé a mi lado y comencé a hablar, sin verle realmente a los ojos.

-Me falta todavía cumplir los 19 para poder ingresar "oficialmente", pero... sí, no falta demasiado para ello- Me estaba sintiendo incómodo.- Mi papá... encontró la forma temporal para que no entrara todavía, mientras mantenga las buenas calificaciones aquí, el reclutamiento solo será opcional- Estaba agradecido con él, sabía que nuestra relación era difícil, pero esto en verdad me sacaba de muchas situaciones. -Pero realmente no estoy seguro del asunto, no me han avisado más- Concentré mi vista en algo más, no quería ver como reaccionaba ante mi inseguridad. Acaricié a Copito de forma distraída.

"Arduamente"... realmente lo hacía, podía dar siempre el 100% pero debía aumentarlo, desde que mi padre me había dicho que tenía una oportunidad es cuando comencé a dar todo lo que de verdad tenía y más, luchaba para no dejar a mis amigos, especialmente a Lili. A veces me preguntaba si había una razón para hacer lo que día a día formulaba con tanto cansancio, pero solo recordar los buenos momentos que pasaba con ella era lo que me motivaba, quería más de ello, no pasar seis meses en un sitio donde probablemente solo irían a necesitar "mis servicios" para quedar bien frente a otros.

La charla me dejó pensativo, el estrés recayó en mis hombros como nunca, pero aquello que lo aligeró fueron las palabras de Lili... si en verdad deseaba disfrutar de la escuela, podría hacerlo y con el mero hecho de pensar de forma positiva, aunque no se me diera tan bien como a ella. Lo que de verdad me hizo sonreír fue su último comentario, reí un poco.

-No te imagino tratando de raptarme... no tienes la apariencia de alguien que lo haría... pero supongo que eso es lo que realmente te hace peligrosa- Bromeé, apostaba todo a que ella se sentía igual que yo con eso del servicio, era ello lo que me impedía verle sufrir.

-Es bueno saber que alguien quiere que me quede- Me sentía identificado con mis padres, pero... estos mostraban más las ganas de que cursara la carrera de militar a estudiar en el internado, eso me molestaba un poco pues sabían lo mucho que iba a perder, además de las grandes posibilidades que tenía para cursar algo mejor, algo que no me obligara a olvidar a mis amigos. Le miré un poco, con mi brazo libre la atraje hacia mí y le di un beso en la frente.

-Yo también te quiero Lili, y sabes que haría lo que fuera para que esto no ocurra, no nos van a separar... tantos años lo han intentado gran cantidad de personas y como te has dado cuenta, no es efectivo ¿Crees que podrán hacerlo ahora?- Le sonreí, con mi mejor gesto, aquél que siempre le demostraba que no mentía y que podía hacerme parecer en verdad su hermano mayor. -Confía en nosotros y en los demás, vamos a salir de esta... como siempre lo hacemos- Le pasé una mano por el cabello... cuánto se habían molestado las personas por el corte que se había hecho, y cuánto peleamos por demostrar que no era malo, inclusive casi mejor.

Hice un ademán de levantarme, mientras le ofrecía mi mano de forma caballerosa para que hiciera lo mismo. -Acompáñame a por una película, la que tú quieras- Mi buen humor había aparecido, y con ello, las ganas más intensas de verle feliz.